Mochos de fregona y latas recicladas para engalanar un carnaval de lo más reivindicativo

La peña El Rolladero ha salido con su comparsa "Ya solo nos falta pasar el mocho" para reprobar la situación que ha vivido Interpeñas
photo_camera La peña El Rolladero ha salido con su comparsa "Ya solo nos falta pasar el mocho" para reprobar la situación que ha vivido Interpeñas

Los clásicos nunca fallan. Superhéroes, Harry Potter, los Cazafantasmas, o el mismísimo Jack Sparrow. Sin embargo, este año, el carnaval de Zaragoza se ha movido al compás de la reivindicación más apremiante. Enfundadas en un disfraz elaborado con nada más que unas cuantas bolsas de basura y un puñado de restos de botellas y latas recicladas, unas jovencísimas Claudia y Ángela han querido dar al mundo una lección de compromiso. Mientras resuena a todo volumen el clásico “Hakuna Matata”, ambas recorren las calles de la ciudad tras su comparsa, dicen, “de esta guisa”, para visibilizar y mostrar al mundo un problema “que nos afecta a todos”: el cambio climático.

La peña El Rolladero también ha querido darle un toque reivindicativo a su desfile este año. No era difícil identificarles, pues su original disfraz llamaba a leguas la atención de participantes y curiosos, que no han dudado en inmortalizarse en foto con el grupo. Bajo el lema “Ya solo nos falta pasar el mocho”, una veintena de peñistas de El Rolladero no han perdido la oportunidad de vestirse de fregona, según han alegado sus integrantes, para reprobar, desde el humor, “todo lo que ha sufrido Interpeñas a lo largo de este año”.

En ese sentido, el organizador de la comparsa, Carlos Carreras, ha recordado que estos momentos festivos sirven asimismo para lanzar mensajes reivindicativos contra la “gestión” llevada a cabo por el Ayuntamiento de Zaragoza en un conflicto que no ha hecho sino dejar “por los suelos” a la institución peñista. Algo más adelante también podía apreciarse a un numeroso grupo de gente vestida de arlequín, que compartía acera con unos híbridos y coloridos hombres pájaro. Tampoco han faltado los ángeles, ni los demonios, que han desfilado en sintonía permanente con el resto de las peñas de la ciudad.

Desde la Plaza San Miguel, y hasta la Plaza del Pilar, en este carnaval zaragozano el Rebullo “No se ha casado con nadie”, porque, tal y como aclamaba la peña Los 5000, “Ni gritando nos escuchan”. Al grupo de las peñas se ha sumado la implacable mímica de la Fundación Down, o los nuevos amaneceres de Bolivia. Un carnaval 2020 que, sin duda, no dejará a nadie indiferente.