El Monasterio de la Resurrección demanda atención urgente tras más de siete siglos de historia

Los diputados de la Comisión de Cultura de las Cortes de Aragón asisten al Monasterio para atender sus necesidades
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El Monasterio de la Resurrección del Santo Sepulcro, con 700 años de historia y una gran riqueza arquitectónica, no recibe especial atención y es desconocida por la mayoría de habitantes de Zaragoza. Situado en pleno centro de la capital aragonesa, el Monasterio se encuentra en estado de deterioro y demanda la implicación de las instituciones para convertirlo en una fundación y así asegurar su conservación. Para ello, los diputados de la Comisión de Cultura, Educación y Deporte de las Cortes de Aragón han asistido esta mañana para conocerlo en primera persona.

Siete siglos de vida han dejado el Monasterio de la Resurrección de Zaragoza en una situación de “intervención urgente”, debido a las goteras, al patrimonio sin explotar y al exceso de trabajo que supone que siga habitado por la asociación de canonesas. Tras la comparecencia del pasado año en las Cortes de Aragón, demandan que los nuevos miembros conozcan el edificio y valoren su presente y futuro.

La hermana Sor Isabel, una de las tres canonesas que habitan en el Monasterio, ha destacado su preocupación respecto a la situación en al que se encuentran. “Somos una comunidad muy reducida y nos preocupa nuestro presente y futuro”, indica Isabel, demandando la implicación de las instituciones porque “no queremos que pase a manos privadas”.

Desde la asociación valoran la posibilidad de convertir el Monasterio en una fundación u otra forma jurídica para conservar el edificio y el patrimonio de los bienes muebles. Necesitan “una intervención urgente” que deje asumido la presencia de goteras por todo el monumento. En palabras de Sor Isabel, no demandan una restauración del edificio, sino su manteamiento y conservación.

“Es historia y patrimonio aragonés porque muchas obras han sido donaciones y aportaciones del pueblo. Por ello, queremos que el pueblo actual disfrute de esos bienes ya que pertenecen a todos”, asegura la hermana.

Los diputados de la Comisión de Cultura han realizado esta mañana una visita al Monasterio para conocer en primera persona las carencias y dificultades a las que se enfrentan. El guía de la visita, Vicente, que también se encarga de la gestión del monumento, ha mostrado “el peso gigantesco” que supone su mantenimiento y, sobre todo, el “exceso de trabajo que requiere que siga siendo habitado”.

SIETE SIGLOS DE VIDA

En la calle Don Teobaldo de Zaragoza se encuentra un Monasterio de arte mudéjar que lleva siete siglos de vida y, en la actualidad, conserva la misma identidad que en su origen. Su historia se enlaza directamente con la historia de Aragón y el patrimonio que conserva tiene un gran potencial, estando gran parte aún sin explotar.

El espacio nació como un lugar abierto para conocerse a uno mismo y atender a las necesidades de su entorno. La asociación de canonesas, que cohabitan desde sus orígenes, comparte una identidad peculiar, la de constituirse como una comunidad abierta.

Desde sus inicios, la comunidad de canonesas se autogobernaba. Tenían su propia gestión y eran, dentro de las características de la época, abiertas y libres. Ellas podían entrar y salir, enseñaban a leer, a escribir y aprendían sobre literatura, arte o música. Después de tres siglos viviendo de esta manera, las clausuran, sin embargo, las canonesas se oponen y deciden manifestarse realizando una procesión reivindicativa para recuperar su identidad.

Fueron tres siglos los que vivieron en clausura, hasta que hace 50 años, ven la oportunidad de recuperar su seña de identidad, que no había muerto en su memoria. Desde entonces, volvieron a abrirse al barrio, a la gente y recuperaron su labor social.

Grupos de meditación, reuniones interreligiosas, visitas turísticas, participación en las semanas culturales, colaboración con colegios y asociaciones del barrio o incluso un huerto terapéutico son algunas de sus funciones a día de hoy.