El turolense Juan José Omella, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

Omella ha subrayado que su voluntad como “coordinador” de los obispos españoles será de “buscar puentes, convivencia y fraternidad”. Foto: Eglesia Barcelona
photo_camera Omella ha subrayado que su voluntad como “coordinador” de los obispos españoles será de “buscar puentes, convivencia y fraternidad”. Foto: Eglesia Barcelona

El turolense Juan José Omella, cardenal arzobispo de Barcelona, ha sido elegido este martes nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cargo que desempeñará durante los próximos cuatro años, tras la reciente reforma de los estatutos episcopales. Esta elección se produce en un contexto político marcado por la mesa de diálogo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat de Cataluña. El arzobispo de la Ciudad Condal ha mediado en diversas ocasiones para tender puentes entre las partes.

Así lo han decidido los obispos españoles que se reúnen esta semana en Madrid con motivo de la Asamblea Plenaria, una cita en la que, entre otros asuntos, se encargarán de renovar los principales cargos del Episcopado español, que también estrena estatutos para adecuar su estructura a la de la curia romana y tener un funcionamiento más ágil.

Omella (Cretas, Teruel, 21 de abril de 1946) fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1970 y posteriormente fue nombrado obispo auxiliar de Zaragoza (1996), obispo de Barbastro-Monzón (1999) y Calahorra y La Calzada-Logroño (2004). El 26 de diciembre de 2015 fue nombrado arzobispo de Barcelona. El 28 de junio de 2017 fue creado cardenal por el papa Francisco, por lo que se le considera uno de los ‘Franciscos’ de la Iglesia española.

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal sucede en el cargo al cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que ha ocupado esas funciones durante nueve años, en dos mandatos distintos. Entre otras cuestiones, el cabeza de la Iglesia española tendrá que fijar una posición ante diversos temas de actualidad que preocupan a los católicos, como la reforma educativa que se aprueba este martes en el Consejo de Ministros, que quita importancia a la asignatura de Religión y que podría afectar negativamente a la escuela concertada; u otras normativas como la Ley de Eutanasia, modificaciones fiscales o cuestiones de género.

Tras su nombramiento, Omella ha subrayado que su voluntad como “coordinador” de los obispos españoles será de “buscar puentes, convivencia y fraternidad” en los temas “más delicados”. “Entre todos lo tenemos que hacer”, ha indicado el prelado, que ha señalado que “hay voluntad de caminar juntos podemos conseguirlo” y de no crear “heridas”.

Así, ha tendido la mano al Gobierno para “colaborar en lo que pueda” por el bien común, tanto en la mesa de diálogo con Cataluña como en otras políticas. “Estamos para colaborar con todas las instituciones, también las del Estado, porque estamos al servicio del bien común, al bien de todos. Y yo creo que en un buen diálogo podemos colaborar, porque todos nos necesitamos”, ha remarcado, deseando al Gobierno español “el éxito” ante temas “tan complicados”. “Rezaré y colaboraré en la medida en lo que pueda”, ha afirmado.

Con un tono afable y cercano a los periodistas, Omella también a confesado que acoge su nueva responsabilidad “con temor y temblor”, fijándose en quienes le han precedido, y en especial en el cardenal Blázquez, “un modelo prudente y en comunión con todos”, “con un gran amor a nuestra realidad, al mundo que nos toca vivir, porque no podemos servir a una sociedad, comunidad e Iglesia si no la amamos”. “Es como la educación a los hijos”, ha comparado.

En cuanto a la Iglesia española, su nuevo presidente ha animado a “recuperar el gozo y la alegría” y ha reclamado una máxima que últimamente se repite desde el episcopado, que no quiere “privilegios”, pero sí que se les trate “con esa dignidad y respeto como se trata a todas las instituciones”. “Es lo deseable”, ha dicho, a la par que propuso para su mandato “nuevos métodos, nuevo lenguaje, nuevo ardor y en una Iglesia en salida, muy en contacto con la sociedad”.

Lambán considera un “acierto” su nombramiento

El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha afirmado este martes que el nombramiento de Omella es un “acierto” y que le procesa “respeto y afecto”, y no duda de que será “buena para España y para la Iglesia católica”. “Celebro enormemente que un aragonés, de Cretas, alcance esa altísima dignidad. Siempre es bueno que paisanos y gente de la tierra alcancen dignidades altas en cualquier ámbito de la vida”, ha remarcado.