Aunque quizá haya pasado desapercibida, parte del Planeta Tierra daba este viernes la bienvenida a la Primavera. Sin embargo, el equinoccio llega este año en plena crisis sanitaria mundial y además lo hace de un modo algo atípico. Sin sol. Sin buenas temperaturas. Y sin el clásico terraceo español. La estación de las flores trae consigo la inestabilidad meteorológica, con lluvias y bajada térmica generalizada. En Aragón, las tres provincias se adentran en una semana más propia del invierno que de esta época del año.
El territorio oscense deberá hacer frente prácticamente cada día de la semana entrante a chubascos de diversa intensidad, aderezados además con alguna racha de ventisca en algunos puntos. Las temperaturas, por su parte, se mantendrán estables entre los siete de mínima y los 13 de máxima hasta el martes. A partir del miércoles, las mínimas empezarán a desplomarse progresivamente, hasta rozar incluso los cero grados. En la zona pirenaica, además, la niebla hará acto de presencia a lo largo de varias jornadas.
En Zaragoza el panorama será similar. Lluvias, chubascos y alguna que otra tormenta de lunes a jueves. Fenómenos que asimismo reforzarán su aspecto invernal con una bajada de temperaturas global en toda la provincia, que, aunque progresivo, llegará a los 4 de mínima y apenas sobrepasará los 10 de máxima.
Las isotermas serán especialmente crueles con los turolenses, pues, de cara a mitad de semana, las mínimas llegarán a situarse, incluso, bajo cero. Entre los -2 y los -4 grados. Las máximas, en el mejor de los casos, no superarán los 11 o los 13 grados. También la lluvia protagonizará los días próximos en Teruel. Los cielos no empezarán a despejarse hasta, por lo menos, el fin de semana.