El sector calcula que hacen falta unos 15.000 temporeros y la mayoría llegan de zonas como Marruecos, Pakistán, Latinoamérica y Europa del Este

Los agricultores de fruta de Aragón afrontan en las próximas semanas el inicio de una campaña de fruta que volverá a estar llena de dificultades. Ante la sobreproducción que llevan varios años denunciando y el veto ruso de 2014, este año se suma que la declaración del estado de alarma está complicando la búsqueda de trabajadores que echen una mano para recoger toda la fruta, y que podría ser “la puntilla” para un sector muy debilitado en los últimos años.

No en vano, el sector calcula que son necesarios unos 15.000 temporeros, la mayoría procedentes de zonas como Marruecos, Pakistán, Latinoamérica y Europa del Este. Las restricciones de movilidad, la prohibición de viajar más de dos personas en un mismo coche de cinco plazas, y las limitaciones para encontrar una residencia hacen que el mercado de trabajo no cuente con la suficiente disponibilidad de profesionales.

Para ello, desde las diversas organizaciones agrarias ya han iniciado conversaciones con las instituciones para que echen una mano al sector. El secretario general de UPA, José Manuel Roche, reclama, por ejemplo, un censo de temporeros que ya están viviendo en los pueblos para facilitar sus permisos de trabajo y movilidad, o que los afectados por las reestructuraciones de plantillas se suman a esta campaña, aunque reconociendo que hace falta una formación para realizar estas labores.

Un trabajo para el que, ha expuesto el responsable de Fruta de UAGA, Vicente López, tienen que recurrir a extranjeros porque “hacen el trabajo que no quieren los europeos”. “En un 90% o más lo hacen extranjeros. Si no fuera por ellos, el sector agrícola y ganadero no funcionaría en España ni en Europa”, ha mantenido, aunque planteando también que se encarguen los afectados por las regulaciones de empleo.

Y eso que la campaña se preveía buena, superando las 700.000 toneladas de fruta de hueso del año pasado, pese a que las últimas heladas han dañado parte del albaricoque de La Almunia y Calatayud o de la cereza temprana. “No va a mermar la producción que teníamos, pero una parte se va a quedar en el campo. Esperamos que estas semanas suban las temperaturas y el fruto se desarrolle con normalidad”, ha señalado Roche.

Porque el sector de la fruta en Aragón, remarca López, “no se puede permitir muchos lujos”. “Estamos en una crisis importante desde 2014 con el veto ruso. Muchas explotaciones han cerrado porque han ido a la quiebra y otras estamos en el umbral. Si esta campaña es complicada, no mejoran los precios, y la fruta se queda en el campo porque no hay mano de obra, puede ser la puntilla para muchas explotaciones”, ha aventurado el responsable de frutas de UAGA.

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