Eguaras abandona antes de tiempo en el regreso a los entrenamientos por molestias en el gemelo

El percance del navarro ha sido la nota negativa en el regreso. Foto: Tino Gil (Real Zaragoza)
photo_camera El percance del navarro ha sido la nota negativa en el regreso. Foto: Tino Gil (Real Zaragoza)

El jugador del Real Zaragoza Íñigo Eguaras ha abandonado de forma prematura el primer entrenamiento del equipo tras la desescalada del estado de alarma por molestias en el gemelo. Una retirada “por precaución” según los servicios médicos del club, que esperarán a ver cómo evoluciona el mediocentro en los próximos días para decidir si debe someterse a alguna prueba que detecte una posible lesión.

El jefe del servicio, Ireneo de los Mártires, ha reconocido que las molestias musculares eran la principal preocupación del equipo en este regreso a los entrenamientos después de dos meses sin pisar el césped. Durante este tiempo, De los Mártires ha elogiado eso sí el trabajo de los jugadores y las indicaciones de los preparadores físicos y nutricionistas, que han permitido a la plantilla llegar en “unas condiciones bastante óptimas”.

Con todo, el doctor ha explicado que el trabajo doméstico, pese a trabajar cuestiones como la fuerza o la resistencia, es muy diferente a las exigencias físicas a las que un futbolista tiene que hacer frente al saltar al campo.

Estrictas medidas de seguridad en el regreso 

Las molestias de Eguaras han sido la parte negativa de una jornada en la que el Real Zaragoza ha podido regresar al fin a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva. Un vuelta al trabajo que los jugadores “estaban deseando” según De los Mártires y que en cualquier caso está condicionado por unas estrictas medidas de seguridad para evitar el contacto entre profesionales.

La propia Liga de Fútbol Profesional se ha encargado de confeccionar un protocolo común para esta reanudación de la actividad deportiva, enviando un inspector para vigilar su cumplimiento. Es con él con quien el Real Zaragoza ha acordado una adaptación de estas medidas en función de las singularidades del equipo y las instalaciones.

Así, los jugadores deben someterse a un control de temperatura nada más llegar a la Ciudad Deportiva en su vehículo particular. Tras completarlo con éxito, cada uno de ellos cuenta con una plaza de aparcamiento asignada para garantizar el distanciamiento entre el resto de compañeros y personal del club. Una vez dentro, cada jugador tiene también sus zonas de entrenamiento delimitadas, con accesos señalizados para evitar cualquier contacto estrecho de camino a los mismos.