Opel reanuda su actividad este lunes con estrictas medidas de seguridad e higiene

La planta arrancará la actividad, en una primera fase, solo con la producción del Corsa en la línea 2 y un turno de trabajo
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La planta de Opel en Figueruelas regresará este lunes a la actividad después de casi dos meses parada por la crisis del coronavirus. Durante este tiempo, la Dirección ha implantado un estricto protocolo de seguridad reforzado en su emplazamiento industrial, con el apoyo del servicio de salud y en estrecha colaboración con los representantes sociales. Así, arrancará la actividad, en una primera fase, solo con la producción del Corsa en la línea 2 y un turno de trabajo.

La reanudación de la actividad en la factoría zaragozana forma parte de una primera ola de reapertura parcial de la actividad industrial del Grupo durante las próximas semanas, teniendo en cuenta el contexto comercial de desconfinamiento, reapertura de concesiones y situación comercial de cada modelo y la normalización gradual de los flujos de suministro de componentes.

Durante este tiempo, el grupo ha implantado una serie de medidas, tales como el control de temperatura en la entrada al centro, además del autocontrol de los síntomas; el suministro individual de máscaras y gel hidroalcohólico; el uso de gafas y máscaras en el centro; o respetar la distancia entre las personas en todo el centro, incluidas las áreas de descanso, áreas para fumadores con marcas en el suelo.

Se trata de un modelo basado en el que el grupo ya aplicó en su día en su planta de Wuhan, epicentro de la pandemia en China, y que ha sido reajustado a las condiciones de las instalaciones de Figueruelas. Según informó la responsable de Prevención y Salud Laboral de PSA, Marta Laborda, la fase 1 del protocolo se activará ya desde casa. Cada trabajador deberá controlarse los síntomas en todo momento y, en caso de tener fiebre, directamente, se les comunicará “que no vengan a trabajar”. El médico de la compañía podrá hacerles seguimiento personalizado.

La llegada a la planta, ya sea mediante la línea de autobús o coche individual, se realizará por las puertas 3 y 5. Una vez allí, habrá personal controlando los accesos para garantizar el cumplimiento, en todo momento, de la distancia de seguridad entre trabajadores. Respetando los turnos de paso, poco a poco el empelado se adentrará en la garita para someterse a la cámara termográfica, que medirá la temperatura corporal. De ser aptos, se le proveerá al trabajador de este kit de protección, que incluye geles, mascarillas y gafas para emplear durante la jornada laboral. Las zonas comunes de la planta, como el vestuario o el comedor, e incluso los accesos a la calle y las puertas de entradas y salidas, se desinfectarán diariamente con ráfagas de hipoclorito. También las rotaciones de turnos serán rigurosamente controladas, para impedir al máximo el contacto entre la plantilla.

Además, la planta se ha provisto de todo tipo de señalización visual (carteles), estratégicamente situados en aquellos puntos donde podría juntarse más personal (zonas descanso, máquinas de café, baños…). Por otro lado, cada zona común y puesto de trabajo también contará con un kit de limpieza que todo empleado deberá utilizar no más terminar su jornada. En ese sentido, recordó Laborda, se ha dictaminado la flexibilización horaria, aumentando turnos de descanso, por ejemplo, “para que todos puedan proceder a una correcta limpieza del espacio”. Ya sea los ordenadores, como los volantes de las carretillas, o las mesas del comedor, ya que son una “zona crítica”. Por otro lado, se han instalado mamparas en las pilas lavamanos y se ha suprimido el uso de las fuentes de agua potable. En su defecto se repartirá agua embotellada para evitar contactos.

El respeto de las distancias de seguridad será probablemente la medida transversal en el apartado de soluciones organizativas y técnicas contra el covid-19 en Figueruelas. En cualquier caso, Laborda clarificó que se mantendrá “un sistema de vigilancia y supervisión” para asegurar que todo el mundo cumple estrictamente con el protocolo definido durante el tiempo que sea necesario. Contarán con mayor atención aquellas personas “especialmente sensibles”, ha dicho Laborda, a quienes se les ha practicado una evaluación de riesgos para determinar si las condiciones de trabajo en la planta “pudieran agravar su situación o patología”.