Después de perder de la forma más cruel –e injusta- posible ante la Sociedad Deportiva Huesca, el Real Zaragoza se centra en su nueva cita. El Girona les espera en Montilivi con la fe de sacar delante de la mejor forma posible la temporada: con un ascenso a Primera. Para obtener un resultado positivo, el técnico maño, Víctor Fernández deberá sacar la mejor versión de sus jugadores. Según asegura, ha costado “un poco más” recuperar el espíritu, pero tiene claro que lo ha conseguido.
Han sido días difíciles para los de la capital aragonesa tras la caída en casa, y más teniendo en cuenta que merecieron sumar los tres puntos. Enfrente, los catalanes se estrenan con Francisco, ex del Huesca, como nuevo entrenador gerundense. Es una adversidad más, pero los maños están acostumbrados “a recibir golpes fuertes” y siempre se han levantado. Esta vez no tiene por qué ser la excepción.
Como punto a favor se encuentra la temporada que están completando los maños lejos del estadio municipal. Las estadísticas son claras: no hay un solo equipo en toda la Segunda División mejor que el Real Zaragoza fuera de su feudo. A este hecho también se puede apelar para sumar un plus de confianza. El míster también ha destacado este poderío: “Los antecedentes son muy buenos, hemos hecho una temporada bastante regular como visitantes”, ha sostenido.
Por otro lado, no ha escatimado los halagos hacia un equipo “duro y complicado, construido para ser campeón”. La exigencia de la cita es máxima, especialmente teniendo en cuenta lo poco que falta para el fin de la competición. Aun así, confía en mantener esa “buena dinámica” a domicilio, vital para mantenerse en ascenso directo.
No es menos cierto que la ilusión de este equipo por entrar de lleno en la historia tiene que seguir intacta. Las zancadillas y las dificultades se acumulan, pero el equipo sabe cuál es el camino. “Es fundamental seguir conservando la ilusión por alcanzar nuestro sueño”, ha sentenciado Víctor. Que así sea.
