El Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha presentado una propuesta para la modificación 176 del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de cara a poder flexibilizar los diferentes usos de los locales vacíos en la ciudad. De esta forma, dichos emplazamientos podrían destinarse a usos culturales, comunitarios o de espacios de creación tales como estacionamiento de automóviles y vehículos de movilidad personal, además de viviendas.
Uno de los puntos más llamativos, tal y como ha explicado el consejero de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, se refiere a la transformación en viviendas de locales desocupados en planta baja, estableciendo por ejemplo condiciones más ventajosas para aquellos que recaigan a dos calles. Sí ha querido dejar claro Serrano que “en la modificación se es estricto con respecto a no amparar situaciones de infravivienda en los locales”.
Además, Serrano ha querido incidir en que desde Urbanismo han prestado un especial interés en evitar la posibilidad de que “las expectativas de uso residencial eleven el precio de los locales, dificultando aún más el mantenimiento de la actividad comercial, o el entremezclamiento desordenado de viviendas y usos comerciales u hosteleros en las mismas calles, con los consiguientes perjuicios mutuos”.
De hecho, la modificación recoge normas de incompatibilidad entre usos, de manera que por ejemplo se prohíben las nuevas viviendas en zonas declaradas saturadas. Al hilo de esto, se ha desarrollado un catálogo de calles y plazas en las que no se admite esta transformación por entender que no reúnen las condiciones idóneas para el uso residencial de la planta baja por razones de ruido o excesivo tráfico rodado. O bien para preservar su actual dedicación comercial.
De esta forma, el Ayuntamiento podrá impulsar no sólo la construcción de nuevas viviendas asequibles en los barrios centrales para fijar su población y atraer residentes jóvenes, sino también campañas de saneamiento gradual de las zonas más deterioradas de la ciudad, obteniendo nuevos espacios libres públicos, ampliando los patios de manzana o consiguiendo más suelo para equipamientos.
Sí ha querido dejar claro Serrano que busca el máximo consenso con el resto de grupos municipales, que este lunes han recibido la propuesta de modificación para ser debatida el miércoles.
Se calcula, según los últimos estudios, que Zaragoza cuenta con algo más de 2.000 locales vacíos, pero ya ha admitido Serrano que cree que el número será superior teniendo en cuenta que la pandemia se ha llevado por delante negocios. Serrano ha matizado que no se refieren a aquellos que por “situación coyuntural estén cerrados y tengan la posibilidad de volver a abrirse”, sino que el reto es “sumar otro tipo de intereses a aquellos locales comerciales que la historia reciente de la ciudad ha demostrado que no son útiles o bien en los barrios en los que están”.
