La última jornada decidirá el puesto final del Real Zaragoza en el playoff y el posible liderato del Huesca

Ambos conjuntos se enfrentan a rivales sin nada en juego. Foto: Real Zaragoza
photo_camera Ambos conjuntos se enfrentan a rivales sin nada en juego. Foto: Real Zaragoza

El Real Zaragoza y la SD Huesca encaran la última fecha del campeonato liguero sin grandes metas por las que luchar, aunque a partir de las 21.00 horas de este lunes estará en juego el puesto final que los equipos aragoneses ocupan en la clasificación. Los oscenses pueden coronarse campeones de esta temporada en Segunda División, a merced de un hipotético pinchazo del Cádiz ante un Albacete que lucha por la salvación, mientras que los de Víctor Fernández confirmarán su puesto definitivo de cara a la promoción de ascenso: tiene todo el abanico de posibilidades abierto y puede ser de tercero hasta sexto.

El Huesca visita Gijón para medirse al Sporting y el Real Zaragoza recibe a la Ponferradina, ambos rivales sin grandes objetivos en juego. Ante estos encuentros, cabe la posibilidad de que los dos técnicos realicen rotaciones en los onces iniciales que salten al césped de El Molinón y La Romareda respectivamente, si bien parecen más lógicas en el caso del conjunto blanquillo, ya que tras este duelo le aguardan los choques de la promoción donde tratarán de aprovechar su última bala para jugar la temporada que viene en Primera División. En esta categoría aguardan ya los de Míchel, pero quieren terminar el año en lo más alto de la tabla y el técnico dispondrá para ello, presumiblemente, a sus mejores futbolistas sobre el verde.

Pese a luchar por un objetivo menor que sus vecinos altoaragoneses (sobre todo teniendo en cuenta el declive blanquillo en las últimas fechas, lo que le ha dejado sin opciones de cara al ascenso directo), el Real Zaragoza se medirá a la Ponferradina con varios alicientes en juego que no pueden pasar desapercibidos: por un lado, las ventajas que otorga haber quedado en un puesto más alto que el rival en la promoción de ascenso, un hecho que hace que, por ejemplo, en caso de empate en la eliminatoria, pase a la siguiente el equipo mejor clasificado en liga regular.

También incluye el dudoso honor, dado el rendimiento de los blanquillos en su feudo en las últimas jornadas, de albergar en casa el encuentro de vuelta de las eliminatorias, a priori más trascendental que la ida, un factor que se ha visto mermado esta campaña por la ausencia del público en las gradas. A esto hay que sumar el factor económico, presente en ambos casos, pero que en el del Real Zaragoza puede materializarse en una diferencia económica de algo más de un millón de euros en función de la clasificación final.

De esta manera, la SD Huesca jugará esta tarde para poner el broche de oro a la temporada donde ha conseguido el segundo ascenso a Primera de su historia, mientras que la victoria supondría para el Real Zaragoza reencontrarse con los tres puntos después de seis partidos en los que ha cosechado cinco derrotas y un empate, en lo que sería una inyección de moral para una plantilla que encara la promoción en su peor momento de la temporada tras perder de vista el objetivo principal de acceder a Primera por la vía rápida.