Rodrigo Lanza reitera su versión de los hechos en un juicio que continúa tenso y complicado

Rodrigo Lanza, durante su declaración este martes. Imagen: EFE
photo_camera Rodrigo Lanza, durante su declaración este martes. Imagen: EFE

Un día más tarde y con interrupciones, nervios y enfados, ha declarado Rodrigo Lanza, acusado de la muerte de Víctor Laínez en el conocido “crimen de los tirantes” ocurrido en diciembre del año 2017. Laínez ha reiterado su versión de los hechos en una declaración en la que solo ha respondido preguntas de su abogado.

El abogado de Lanza, Endika Zulueta, ha preguntado a su cliente sobre su vida personal desde su llegada a España con 19 años y su establecimiento en Zaragoza en el año 2008. También ha explicado su anterior detención en Barcelona por un delito de lesiones a un Policía Local de la ciudad, un delito que Lanza ha negado. También ha sido preguntado por si residía de ocupa, a lo que respondió que no. Recordar que Lanza también está siendo acusado por la Fiscal, la familia y el grupo político Vox por agravante ideológico.

Lanza ha narrado paso por paso como comenzó ese jueves 7 de diciembre de 2017 en los que salió de trabajar de un restaurante en el barrio de la Magdalena y comenzó a beber por diferentes bares de la zona hasta llegar al bar donde ocurrieron los hechos, el bar Tocadiscos, también en la Magdalena. Lanza cambió varias veces de grupos de amigos hasta encontrarse con unos conocidos que decidieron continuar la fiesta en el bar de los hechos.

En el Tocadiscos, Lanza, junto a dos chicas y Pablo, uno de los testigos principales, continuó tomando algo hasta que, según el acusado, el chico con el que iba le dijo, señalando a Víctor Laínez, que “era un conocido fascista y falangista del barrio”. Lanza ha afirmado que en ese momento no le dio importancia a lo ocurrido hasta que Víctor Laínez comenzó a mirar y el acusado decidió acercarse. Allí intercambiaron unas palabras que Lanza no recuerda pero que si le acusó de “racista” y el otro de “sudaca” al ser preguntado por el fallecido de donde era.

La conversación para Lanza fue “tensa” pero no se hicieron gestos de amenaza. Ha continuado que, bajo los efectos del alcohol, lo hizo para “hacerse el chulo frente de las chicas” algo que ahora ha calificado que le parece “avergonzado”. Tras esto, el grupo observa que Laínez está enviando mensajes con el móvil, algo que por miedo a que acudiesen más personas relacionadas con su ideología, deciden salir del local.

Al salir del local, Lanza ha afirmado que oyó de su conocido Pablo gritar “¡Ojo que lleva una navaja!”. El acusado ha dicho que vislumbró “un cuchillo o una navaja” por el color “cromado blanco y el brillo” que destacaba en el bar. En ese momento, según Lanza, Víctor comenzó a lanzar navajazos y el acusado pensó en que lo iba a apuñalar. En ese momento, Lanza pegó una patada para empujarlo, pero el de la fuerza retrocede hacia atrás, según ha contado en la sesión. Allí, el acusado, ha hablado que comenzó un forcejeo que acabó con un puñetazo en la cara a Laínez, que cae al suelo.

El acusado continuó sobre él golpeándolo y “dejó de oír todo”. En ese momento, Lanza afirma que “volvió en sí” y que oyó el “¡para, para!” y se fue del bar. Lanza, visiblemente afectado, ha expresado que “no pensaba que iba a causar el daño”. Tras esto, salió del bar y recogió la mochila que había lanzado del suelo antes de lanzarse a la pelea. El acusado ha afirmado que, tras la reyerta, acudió a un banco y se echó a llorar, buscando ordenar lo que había ocurrido unos momentos antes.

Tras su detención en la puerta de su casa, tres días después, conoció por parte de la Policía Nacional que Víctor Laínez había fallecido y que no era consciente de la gravedad de las lesiones, ha afirmado que “no se creía que había muerto”.

Las tensiones han estado latentes durante toda la sesión. En los últimos momentos de la comparecencia de Rodrigo, su abogado ha querido continuar preguntando sobre un informe psicológico en el búnquer de aislamiento de la cárcel a la que fue mandando el acusado. La magistrada-presidenta ha interrumpido y ha alegado que los informes psicológicos se presentarán el próximo viernes. Por lo que el abogado de Lanza, Endika Zulueta, ha acusado a la jueza de falta de imparcialidad. La jueza visiblemente enfadada ha negado la acusación y ha sido defendida por el abogada de la familia de Laínez afirmando de Zulueta una “vergüenza de la abogacía”.

Navaja

Este martes también han comparecido cuatro de los testigos más importantes, Pablo y las dos chicas que habían acudido al bar con Rodrigo y el dueño en ese momento del Tocadiscos, presente durante los hechos. Solo Pablo, el conocido de Lanza, vislumbró la navaja y lo avisó. Las chicas no vieron la navaja, pero sí que oyeron a su amigo Pablo avisar sobre la navaja.

Tampoco ha habido constancia de la navaja para varios agentes de la Policía Nacional y que para una de ellos, al encontrarse a Víctor Laínez llamó la atención su aspecto, lleno de sangre y con dificultades para respirar, por eso la agente ha considerado que los golpes “no eran algo accidental”.