La Sociedad Deportiva Huesca logró un punto de mérito en Mestalla en una buena actuación de los azulgranas. A pesar del mazazo con gol de Wass en la primera parte, un cabezazo de Siovas en un saque de esquina dejó el empate en el marcador. Los de Míchel continúan sin ganar en las tres primeras jornadas, sumando dos puntos de nueve posibles, ambos a domicilio.
Los altoaragoneses salieron al feudo valencianista presionando su salida de balón y dominando tanto en el dominio de la pelota como en la iniciativa y en las llegadas al área contraria. Pronto, en el minuto cinco, un centro de Jaime Seoane lo cabeceó Okazaki en el área, con un remate que se marchó fuera de la portería de Doménech por poco. Fue un primer aviso, aunque las ocasiones claras de peligro brillaron por su ausencia en la primera mitad.
No obstante, fueron los chés quienes estrenaron el electrónico en el 38. Una falta lateral de Daniel Wass, muy tocada y con veneno, terminó colándose en la meta de Andrés Fernández sin que nadie rozara el cuero.
Con la reanudación, el Huesca mantuvo continuos acercamientos, generando más peligro que en la primera mitad. Lo intentaron con un disparo de Seoane, un centro peligroso de Ferreiro y un cabezazo de Pulido. Y a la cuarta llegó la vencida. Un córner botado por Ferreiro en el 63 lo remató a la escuadra de cabeza Siovas, poniendo el empate en el marcador.
Los oscenses no se conformaron con el empate, y Okazaki puso el medio con una volea tras centro de Pedro López que el largueró repelió. Los de Míchel, que hizo debutar a Javi Ontiveros, siguieron mirando el área contraria durante el resto del partido. Mosquera robó un balón peligrosísimo y pudo significar la victoria, pero su disparo lo detuvo Doménech, sin ver a Mir a su lado en buena posición.
El Huesca suma así su segundo empate en tres jornadas, quedándose todavía sin disfrutar del sabor de la victoria en Primera División. Al técnico le faltan todavía varias piezas para terminar de ser un equipo competitivo en la máxima categoría, aunque acumula dos partidos como visitante consiguiendo plantar cara a su rival.