Su llegada fue un fichaje al estilo Lalo Arantegui. Desconocido para el fútbol español, libre tras acabar su contrato con el Twente y con una gran oportunidad para dar un vuelco a su carrera. Por el momento, los aficionados zaragocistas lo que han podido ver es un jugador aparentemente frío, inconstante en el juego, pero con visos de interpretarlo bien en el césped, más aún si retrasa su posición y actúa por detrás de un delantero referencia. El bagaje del esloveno residía en su experiencia ratificada en el fútbol europeo (Premier League y Eredivise) donde a lo largo de su carrera ha conseguido goles en su haber. Y en este parón de selecciones lo ha vuelto a demostrar.
Haris Vuckic aprovechó las ventanas FIFA para sumar más 150 minutos con la selección eslovena y cinco tantos en los tres enfrentamientos ante San Marino, Kosovo y Moldavia. El primero de ellos, el pasado miércoles cuando a los 25 minutos batió desde los once metros al guardameta sanmarinense. El domingo ante Kosovo, en un veloz contraataque, el ariete cazó un balón en el área y remató con la zurda a la derecha de la portería, consiguiendo el único tanto del encuentro y los tres puntos para el cuadro esloveno. Finalmente, este miércoles el delantero confirmó su gran momento de forma anotando un hat-trick ante Moldavia y colocando a Eslovenia líder en solitario del grupo 3.
El delantero fue una de las ausencias para Rubén Baraja en la convocatoria ante el Albacete de la última jornada. Ahora regresa a la capital aragonesa para reincorporarse a la disciplina zaragocista antes del partido del próximo domingo frente al Málaga en La Romareda (18.15 horas).
El atacante aún no sabe lo que es marcar con la elástica del Real Zaragoza en los dos partidos oficiales que ha jugado como blanquillo, ante Las Palmas y el Alcorcón. A pesar de sumar tan solo dos entrenamientos, su buen momento de forma, las molestias musculares de Narváez y las dudas del Toro Fernández, pueden abrirle las puertas de la titularidad de par en par.
