Acusado un exbanquero por desviar fondos de un cliente y entregárselos como si fuera una inversión

El origen de la supuesta operación delictiva comienza en 2005, cuando Pablo Queró, era director de una sucursal del BBVA en Zaragoza
photo_camera El origen de la supuesta operación delictiva comienza en 2005, cuando Pablo Queró, era director de una sucursal del BBVA en Zaragoza

Un exdirector de una banco del BBVA se sienta en el banquillo como presunto autor de un delito de estafa al ocultar, supuestamente, una cuenta a los clientes donde se les prometía la ganancia de una inversión, pero que nacía de los mismos fondos de sus clientes procedentes de otra cuenta. Es decir, sus beneficios venían de una desviación de sus propios fondos.

El origen de la supuesta operación delictiva comienza en 2005, cuando P. Q., entonces director de una sucursal del BBVA en Zaragoza, recomendó a uno de sus clientes, Juan Jesús González Cabrejas, la apertura de una cuenta de crédito en el mismo banco por un importe de nueve millones de euros para construir una promoción de viviendas en el Burgo de Ebro. Ofreciéndole, según la acusación, “intereses ventajosos, así como la supresión de comisiones de mantenimiento” y como una forma de generar ingresos para compensar los intereses del crédito para la promoción en el Burgo de Ebro.

La estafa, según la acusación, comienza cuando P. Q. dejó de comunicar datos sobre esta cuenta “oculta” y que se suponía que mantenía un saldo estable. La empresa de Cabrejas, recomendada por P. Q., invertía y recibía una compensación del 6%, beneficios que salían de esta cuenta “oculta”, a través de la falsificación de documentos y de “la confianza más grande del mundo” que tenía Cabrejas con el exbanquero, que mantenían una relación financiera desde hacía 20 años atrás.

P. Q., en el tiempo de la supuesta estafa, se había prejubilado de la sucursal de BBVA, pero según Cabrejas, mantenía “cuatro o cinco clientes” especiales que le habían asignado, supuestamente de la entidad bancaria. El pastel se descubre en 2013 cuando la empresa de Cabrejas quiere conocer el saldo de esa cuenta en la que se suponía que había cuatro millones de euros y que luego no existían. Cabrejas, al preguntar al exdirector por ese dinero, ha afirmado que obtuvo de él la excusa de un “fallo en los ordenadores”.