El Proyecto Escan está suponiendo una mejora notable en la rehabilitación emocional de estas mujeres y de sus familias

La DPZ ha decidido apostar por un proyecto pionero en la comunidad aragonesa que utiliza mascotas adiestradas para favorecer la rehabilitación de las víctimas de violencia de género. En este sentido, la propia Diputación y la asociación Proyecto Escan han presentado este martes en el Patio de la Memoria la iniciativa -que ya está trabajando con tres mujeres- de terapia emocional con perros entrenados. Esta agrupación sin ánimo de lucro desarrolla una terapia asistida con animales que ofrece protección a las mujeres y menores que son víctimas de agresiones. La DPZ ha destinado un total de 12.000 euros para acometer el desarrollo del nuevo proyecto, surgido a raíz del contacto de varias mujeres que buscaban ayuda ante una situación continuada de violencia.

“Se trata de un proyecto muy interesante porque se trabaja sobre todo el tema emocional. La mujer tiene que perder el miedo a quedarse aislada, y esto pretende empoderarlas, animándolas a salir al exterior e incluso ayudándolas para su inserción en el mercado laboral”, ha señalado la diputada delegada de Igualdad de la DPZ, Pilar Mustieles. Este es el primer año en el que se ha podido optar a dicha subvención, y desde la DPZ muestran “mucha ilusión” por esta iniciativa y confían en continuar apoyando a la asociación en todo lo que se pueda.

El coordinador de Proyecto Escan, Enrique Cruz, ha remarcado que “trabajar en grupo la violencia de género facilita mucho la recuperación porque las afectadas comparten sus experiencias”. La agrupación intenta lograr una recuperación integral a todos los niveles, incidiendo en la importancia de trabajar con los menores porque “hay que pensar que vamos a introducir un perro en su familia”. Y es que la educación y el adiestramiento de este animal repercute en el desarrollo anímico de los hijos e hijas de las víctimas, por lo que el proceso es progresivo y debe tomarse con calma y paciencia. “Este proceso es para toda la vida, dura para siempre. A efectos prácticos, valoramos el adiestramiento de unos tres meses en el que los afectados tienen que acudir al centro, y simultáneamente se realiza la terapia”, ha explicado Cruz, puntualizando que “nosotros no somos los encargados de adiestrar a los perros, sino que enseñamos a las familias cómo adiestrarlos”.

Rehabilitación psicosocial 

La psicóloga del proyecto, María Val, ha anotado que resulta “fundamental” acompañar psicosocialmente a las mujeres afectadas dependiendo de las necesidades que requiera cada una de ellas. En este contexto, el perro se convierte en “un apoyo, una motivación, una ilusión en un nuevo camino, un soporte para el incremento de la autoestima, empezando desde la prevención del aislamiento”.

Una de las víctimas que forma parte del Proyecto Escan desde hace tres meses ha querido agradecer el esfuerzo de todos los implicados, recalcando que es “una experiencia maravillosa en mi vida y la de mis hijas. Ahora estamos felices y el hecho de poder conocer a otras personas con experiencias parecidas te ayuda enormemente”. “He dejado hasta de medicarme, y en este aspecto tanto nuestro pastor alemán como el apoyo psicológico han sido cruciales”, ha destacado.

Otra de las mujeres afectadas ha calificado la iniciativa como “un auténtico soplo de aire fresco” después de muchos años de sufrimiento y “la vuelta de una tremenda ilusión a mi vida y la de mis hijos”. “En estos dos últimos meses, hemos establecido un vínculo increíble con nuestra perra. Se ha convertido como en una especie de superheroína”, ha resaltado.

El Proyecto Escan está suponiendo una mejora notable en la rehabilitación emocional de estas mujeres y de sus familias, posibilitando la unión entre ellos y las mascotas. La adiestradora de estos animales ha concluido comentando que “más que un adiestramiento es una obediencia que, trabajada mediante esa conexión que adquieren, hace que la vida de las usuarias sea cómoda y tranquila”.

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