Desde las asociaciones agrarias aseguran estar dispuestas a llevar a cabo un plan de abandono de la ganadería extensiva si la situación no cambia

Los ataques de lobo y oso contra rebaños en Aragón, sobre todo en la zona norte de la Comunidad, se está conformando como un grave problema durante los últimos tiempos. De hecho, la plaza Biscós de Jaca acogió este domingo una concentración de ganaderos para pedir a la DGA medidas que eviten más ataques de depredadores en el Pirineo. El encuentro, convocado por la Plataforma contra el Lobo y Oso en Aragón, aglutinó a más de 200 personas, todas ellas con el objetivo de proteger la ganadería extensiva.

El sonido de los cencerros, junto al grito de “No al lobo. No al oso. No a la política proteccionista de estas alimañas”, fueron los grandes protagonistas de una manifestación que entremezclaba malestar, miedo, intranquilidad y enfado. “La sociedad no alcanza a entender la dimensión real del problema, y parece que la pretensión del Ministerio de Medio Ambiente pasa por prevalecer los intereses de los depredadores sobre la ganadería intensiva”, expone el secretario general de Asaja, Ángel Samper. Y es que, tal y como recuerdan sindicatos y cooperativas, el número de ovejas se ha reducido considerablemente durante los últimos 20 años. “Ahora hay menos de un millón de estos animales en Aragón, y hace tiempo se sobrepasaban los 1,4 millones”, matiza el responsable.

Reunión con Olona 

Hace unos días, el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Joaquín Olona, mantuvo un encuentro con diferentes representantes de UAGA, Asaja, Araga, UPA y Cooperativas Agroalimentarias para tratar la situación del lobo y su aparición en la Jacetania. Una reunión de la que los sindicatos salieron “desilusionados”, ya que las ayudas que ofrecen desde la DGA resultan “insuficientes” y no valen para arreglar el daño y el perjuicio derivados de un ataque. “Hay una falta de valentía por parte del consejero porque tiende a guiarse por estrategias políticas”, remarca Samper.

La principal reclamación de los sindicatos radica en que los depredadores no pueden cohabitar en el mismo espacio con los ganados, motivo por el que se deberían “habilitar lugares específicos para lobos y osos”. “Habría que probar a introducir alguna de estas especies en parques urbanos para que la gente se dé cuenta realmente de que es imposible convivir así”, ejemplifica el secretario general de Asaja. Además, considera que siempre debe buscarse el equilibrio, pero “en este caso la convivencia se antoja inviable para lograr esa armonía”.

Por su parte, el secretario provincial de UAGA Huesca, Joaquín Solanilla, compara el panorama que se está viviendo en España con el de otros países y no comprende las decisiones tomadas desde Europa. “En Alemania están dejando cazar depredadores, pero a nosotros nos dicen que no se puede hacer nada. Parece que en la balanza medioambiental prima más la labor del lobo que el trabajo humano”, resalta.

“Los ganados desaparecerán del Pirineo” 

Asimismo, cree que la actual situación desmotiva a la gente joven, que se muestra más reacia a continuar con la tradición ganadera. “Al final no quedarán ganados en el Pirineo”, lamenta, puesto que el lobo cría dos veces al año y terminará por asentarse en el territorio. Por otro lado, Solanilla no entiende que “unos días nos digan que los ataques son cometidos por lobos y otros por perros asilvestrados. O bien no acaban de aclararse o bien están mintiendo”.

Desde las asociaciones agrarias aseguran estar dispuestas a llevar a cabo un plan de abandono de la ganadería extensiva si la situación no cambia. “En las últimas dos semanas se han producido una decena de ataques, algo que no se puede permitir. Todo parece ser un juego maquiavélico de las administraciones”, recalca Samper. Mientras, Solanilla afirma que “muchas veces toman decisiones sin conocer de verdad todo lo relacionado con el territorio”. Por estas razones, está prevista una reunión entre Aragón, Navarra, Cataluña y el Pirineo francés -las zonas más afectadas- para intentar abordar un conflicto que se está convirtiendo en “insostenible”. “Sinceramente, pienso que todo terminará muy mal”, concluye el secretario provincial de UAGA Huesca.

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