Primera victoria, primeros goles y la satisfacción de JIM

Eguaras y Vada anotaron los goles del triunfo. Foto: Real Zaragoza/Tino Gil
photo_camera Eguaras y Vada anotaron los goles del triunfo. Foto: Real Zaragoza/Tino Gil

El Real Zaragoza conseguía este domingo cosechar su primer triunfo de la temporada. Lo hacía en el terreno de juego del Alcorcón, en Santo Domingo, venciendo por 1-2 con total merecimiento tras cuajar una segunda parte de notable alto. También se pudieron celebrar los primeros goles del curso, motivo de satisfacción plena para el entrenador, JIM, que ve a su equipo respirar oxígeno puro.

No funcionó el planteamiento inicial de JIM, demasiado cemento en la medular con Petrovic, Eguaras y Zapater. Pero del defecto nació la virtud, emergió la valentía y el Real Zaragoza cambió por completo a partir del minuto 30 y, especialmente, tras el descanso. El técnico apostó el todo por el todo, retiró al serbio e introdujo en el césped tanto a Nano Mesa como a Borja Sáinz, centrando a Narváez, para darle nuevos bríos y romper la línea de flotación local.

Con el 4-4-2, Eguaras y Zapater sí se pudieron echar el equipo a la espalda, víctimas hasta el momento del sistema blanquillo que cortocircuitaba. Ambos fueron los arquitectos del empate, tras una jugada ensayada que, tal y como reconoció JIM, se sacaron “de la chistera”. Pero el equipo no paró ahí, siguió mordiendo y demostrando que el empate no valía, que era el día de volver por fin con tres puntos de una tacada en el casillero.

Quien también cayó completamente de pie fue Valentín Vada en su debut como zaragocista. El argentino aprovechó su oportunidad para hacer el tanto del 1-2, siendo el más listo de la clase al aprovechar un regalo de la zaga local. Su condición de “canchero” se suma a la de buen futbolista, confirmando que llega al Real Zaragoza para adquirir la vitola de jugador importante que perdió en Almería.

Con todo, JIM mostraba en rueda de prensa una plena “satisfacción por el grupo”. Un grupo que venía de sufrir un varapalo tremendo ante el Cartagena en La Romareda, perdiendo por la mínima en un choque que mereció ganar con holgura. Y que incluso vio cómo sobrevolaba la posibilidad de acabar la jornada cuatro como colistas. Mayor es el mérito por tanto de un Real Zaragoza que ahora buscará un segundo triunfo al hilo para, ya sí, confirmar que está listo para el despegue.

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