Uno de los aspectos más reseñables del Full Contact Medieval es la rigurosidad histórica de trajes y armaduras | Foto: @TheMedievalThings

Como un oasis en pleno siglo XXI, el Full Contact Medieval o Combate Medieval nos transporta a una época pasada. Lejos de parecerse a cualquier tipo de recreación, pues en todo caso tan solo hablaríamos de vestimentas y armadura, el Full Contact Medieval se trata de una batalla de golpes reales cuya intención no es otra que luchar como se haría hace cientos de años.

El origen de esta disciplina se remonta a algunos países de Europa del Este, sin embargo, ya cuenta con una importante presencia en España. En las batallas, los combatientes se enfrentan entre sí con armas sin filo. Y es que, pese a que las luchas se realizan con dureza, de contar con armas al uso, estas podrían llegar a provocar grandes daños en sus participantes.

En Aragón esta disciplina también está en auge. Según cuenta el presidente de Combate Medieval Aragón, Miki Pantaleón, ya han participado en varios mundiales. En ellos, siempre uno de los mayores retos es estar bien equipado. Y es que, uno de los aspectos más reseñables del Full Contact Medieval es la rigurosidad histórica de trajes y armaduras a los que se hubieran llevado en la época. Tanto es así, que antes de cada combate, estas deben pasar por un personal histórico que valoran la fidelidad de estas. “Nos han llegado a expulsar de algún combate por llevar botas con un poco de tacón y los jueces nos dijeron que en esa época el tacón no existía”, apunta Pantaleón.

Las competiciones de Full Contact Medieval suelen ser combates de uno contra uno que se dividen en subcategorías según el tipo de arma empleada para el mismo. Sin embargo, tal y como cuenta Miki Pantaléon, “lo más atractivo para el público son las grupales que van desde 3 contra 3 en femenino y en masculino 5 contra 5, 12 contra 12, 22 contra 22 y, en ocasiones, nos hemos llegado a juntar 150 contra 150”.

En el 1 contra 1, el ganador se decide por el tipo de golpes. Para los combates grupales, sin embargo, cuando alguien cae al suelo se considera que ya ha perdido. “Con esto también recordamos que en las batallas medievales, con el peso que tenían las armaduras, cuando alguien caía al suelo muchas veces se llegaba a considerar que alguien estaba muerto, por eso aquí hacemos lo mismo”, explica Pantaleón.

Eso sí, luchar contra tantas personas también puede jugar una mala pasada, más aun con el peso de las armaduras. “Cuando cae gente encima de gente se puede formar un peligro. Cuando te pones la armadura casi no llegas a respirar bien. Así que imagina si te caen personas encima”, añade.

Armaduras que llegan desde Europa del Este

Para la confección de estos trajes, recurrir a herreros nacionales, según explica Pantaleón, suele ser muy costoso. Por eso, buena parte de los trajes que se pueden ver proceden de Europa del Este, ya que es donde más herreros hay de este tipo de armaduras. “Estamos hablando de armaduras que pueden llegar entorno a 45 kilos. Moverte con ese peso es muy complicado. Solemos comprar todo en Ucrania y el coste suele ir hasta unos 1.500 euros para una armadura buena, de acero que no se rompe”, cuenta Pantaleón.

Este tipo de combates son muy visuales y “dan mucha sensación de violencia extrema”. Por ello, cada vez que hay ocasión de disfrutar de esta disciplina son muchas las personas que se acercan a curiosear. Este fin de semana, por ejemplo, se celebrará un Internacional en Cuenca en el que participarán combatientes aragoneses.

De igual forma, dada la fidelidad de estos trajes a la realidad de la época que recrean, también pueden disfrutarse en otro tipo de eventos. Este domingo, por ejemplo, en la Plaza del Pilar de Zaragoza acogerá una demostración de esta disciplina dentro del Saraqusta Film Festival. La actividad dará comienzo a las 19 horas y, en ella, no solo se podrá ver un gran despliegue de trajes medievales sino un sinfín de golpes reales que trasladarán al público asistente a una verdadera batalla propia de siglos pasados.

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