Coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial Sin Coches, Spin hace públicas algunas de las conclusiones extraídas de la primera edición del “Spin Report” relativas al uso de vehículos de combustión en la ciudad, así como sobre el futuro de la movilidad en la capital aragonesa. Según los datos del informe, más de la mitad de los vecinos de Zaragoza ha mostrado su hartazgo a la hora de usar el coche en su ciudad señalando como principales problemáticas los continuos atascos y problemas en el tráfico urbano, así como las crecientes dificultades para aparcar.
Así lo señalan el 60% de los encuestados, porcentaje cerca de la media española que se encuentra en un 62%. Mientras, la capital española, Madrid, al 59% de los encuestados cada vez le gusta menos usar el coche. Por su parte, en Barcelona y Málaga esta cifra supera también el 60%, con un rechazo del 64% y el 61% respectivamente.
Cabe señalar que en ninguna ciudad el porcentaje de rechazo o cansancio respecto al uso del vehículo de combustión privado se sitúa por debajo del 50%.
En el mismo sentido, “Spin Report” también ha extraído datos interesantes respecto a los deseos de la ciudadanía en relación al futuro de sus ciudades. Por un lado, el 76% de los vecinos de Zaragoza encuestados considera que sus ciudades deberían contar con más espacios verdes y peatonales, lo que permitiría detraer espacio a los vehículos privados contaminantes.
Los ciudadanos de Tarragona (91%) y los de Málaga (87%) son los que de manera más mayoritaria creen que su ciudad debería incorporar este tipo de espacios. A estas dos ciudades les siguen Madrid (81%) y Sevilla (80%), mientras los que consideran este asunto menos importante es Barcelona (77%).
Estos datos concuerdan con la voluntad muy mayoritaria de vivir en ciudades menos contaminadas. Esta aspiración es compartida por el 71% de los encuestados, cifra que escala hasta el 86% en el caso de Barcelona. Tras los barceloneses, el estudio señala que el 82,6% de los madrileños desearían vivir con menos contaminación, mientras que, en Málaga y Sevilla, estas cifras se sitúan en el 82% y el 80% respectivamente.