La agresión se produjo en la avenida de Valencia

La carrera ya no empezó bien para un taxista de Zaragoza cuando su cliente nada más subirse al auto pidió al conductor que lo llevara “al infierno”. Unos minutos después, este hombre trató de ahogar al taxista para robarle la cartera. Suerte que el vehículo estaba en la avenida de Valencia frente a la Comisaría de Delicias y con señales lumínicas consiguió advertir a los agentes. El detenido quedó en libertad provisional tras ser escuchado por el juez.

El detenido, decidido a ir “al infierno”, era un varón nicaragüense de 48 años que, según afirmó ante el juez, “llevaba todo el día bebiendo y que lo acababan de despedir del trabajo”.

El susto para el taxista fue mayúsculo, al principio, decidió no pararlo por su claro estado de embriaguez, pero en un semáforo, se le subió. Y una vez allí afirmó su dirección diabólica, a lo que el conductor volvió a preguntar y ya contestó que “hacia avenida de Valencia”. Unos metros más abajo, se acercó poco a poco al taxista y lo estranguló para luego llevarse su cartera.

Afortunadamente, no habían bajado mucho más allá de la Comisaría de Delicias, en medio de avenida de Valencia. El taxista se colocó en sentido contrario y con señales luminosas alertó a los agentes que corrieron a ver qué pasaba.

Con los agentes allí, el varón no se calmó. Es más, continuó agrediendo a los policías mientras los insultaba a grito de “hijos de puta”. Una vez reducido y detenido pasó a disposición judicial y allí se decretó su puesta en libertad. El abogado del taxista y de los policías heridos, Marco Antonio Navarro, pedía para él la prisión provisional por los delitos de robo con violencia, atentado, daños y tres delitos leves de lesiones. Navarro pedía la prisión porque este varón tenía la documentación caducada, al igual que sus papeles de extranjería, y consideraba que había un riesgo de fuga. Sin embargo, la Fiscalía declinó apoyarle y quedó en libertad.

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