La Universidad de Zaragoza se convertirá en una de las instituciones académicas más punteras de España en el ámbito de la investigación, gracias a los 7,6 millones de euros que ha obtenido de la Agencia Estatal de Investigación para adquirir ocho infraestructuras de Investigación y Equipamiento Científico-Técnico.
La UZ ha sido una de las universidades que mejor parada ha salido del reparto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y es que los proyectos se financian íntegramente con los fondos europeos Next Generation EU. A diferencia de anteriores ediciones cuando las subvenciones procedían de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder) y se otorgaban según la ubicación de la institución. En el caso del campus aragonés, cubrían el 50% de la inversión. La Universidad de Zaragoza ha conseguido que se aprueben ocho de las 25 solicitudes presentadas, frente a las 217 concedidas a nivel nacional.
“Las ocho infraestructuras van a permitir aplicaciones punteras en el ámbito de la medicina, la ingeniería, las nanotecnologías o de la energía, y va a redundar en un impacto social muy alto y también económico”, ha expresado la vicerrectora de Política Científica, Rosa Bolea. Con ellas, el campus aragonés pasa a ocupar el quinto puesto en el ranking de instituciones que mayor importe han recibido, por detrás de la Universidad de Barcelona, la Politécnica de Madrid, la Autónoma de Madrid o la de Santiago de Compostela.
La convocatoria permitirá poner en marcha ocho equipos de alto nivel científico, distribuidos entre el Servicio General de Apoyo a la Investigación (SAI), el Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería en Aragón (I3A), el Instituto Universitario de Investigación de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI), y el centro mixto del Laboratorio de Microscopias Avanzadas (LMA) y el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA).
Para optar a esos equipamientos, las solicitudes han tenido que cumplir una serie de requisitos: “que fueran destinados a un uso en gran escala, que se contase con personal técnico cualificado para su manejo, que se pudieran garantizar unos protocolos de acceso y un sistema de tarifas acorde con la tarifación de la universidad, el carácter innovador de los equipos, y que pudiéramos justificar la oportunidad estratégica que suponía y el avance cualitativo”, ha enumerado la vicegerente de Investigación, Carmen Baras.
“Nuestra Universidad de Zaragoza vuelve a demostrar su capacidad y solidez científica, tras captar financiación nacional con propuestas que se caracterizan por su alta capacidad, singularidad, innovación, prestaciones, objetivos y su contribución a la investigación de frontera”, ha subrayado Bolea. La convocatoria está planteada para los ejercicios 2022-2023, con el objetivo de tener “todo ejecutado” en 2023. No obstante, los investigadores confían en que a finales de 2022 puedan tener la mayoría de los equipos instalados y en funcionamiento.