Nacho Dean soportó hasta 50 grados en Australia

Julio Verne escribió que un tal Phileas Fogg dio la vuelta al mundo en, nada más y nada menos, que 80 días. Lo hizo en tren, goleta, en ferry e incluso a lomos de un elefante y de Londres a Hong Kong pasando por San Francisco y Nueva York. El naturalista malagueño Nacho Dean tardó algo más, concretamente 1.095 días, en recorrer 31 países. Un total de 33.000 kilómetros en tres años que le sirvieron para convertirse en el primer español en dar la vuelta a los cinco continentes. Además, lo hizo por tierra y mar y es que entre 2018 y 2019 nadó más de 2.500 kilómetros por los mares y océanos más grandes y también por los más recónditos uniendo así los cinco continentes. Una expedición asombrosa con meta en Zaragoza y es que después de vivir siete años en la capital, el malagueño ha llegado este miércoles hasta el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza para llenarlo de experiencias con su charla «Explorador por la naturaleza».

Nacho Dean dice que caminar es el medio de transporte más silencioso y más ecológico. Y caminando comenzó su aventura allá por 2013. La expedición comenzó en España y completamente solo y con sus piernas como único medio de transporte recorrió países como Turquía, Singapur, Indonesia, El Salvador, México o Estados Unidos. Una vuelta al mundo con un clima desde los 50 grados que soportó en Australia hasta los -13 en la cordillera de los Andes y Estados Unidos.

Doce pares de zapatillas después, hasta 85 kilómetros recorridos en 24 horas, 86 días caminando sin parar, siete litros de agua bebidos en un día en países tan cálidos como Tailandia o enfermar de la fiebre chikungunya en Chiapas. Desiertos, selvas y parajes insólitos. En eso se puede resumir una experiencia vital que fue mucho más que eso y en la que también hubo tiempo para momentos algo peligrosos, como el día en que atacaron al naturalista con machetes en Centroamérica o cuando nadó entre cocodrilos y tiburones. Sin embargo, si se tiene que quedar con algo de esos tres años es con la humanidad. «Me quedo con que a pesar de haber atravesado países con ideologías y religiones muy diferentes haber encontrado y entendido que en realidad somos muy parecidos. He conocido a mucha gente y en todos los lugares en los que he estado me han ayudado mucho», ha confesado Nacho Dean.

Dean recorría a nado el Estrecho de Bering

Amante de la naturaleza, de la fotografía, de la escritura y del deporte, el naturalista sintió al emprender este viaje que llevaba «toda la vida preparado para ello». Aunque eso de nadar no lo controlaba mucho antes de iniciar la Expedición Nemo, aquella en la que recorrió 10 países y nadó más de 2.500 kilómetros. Por eso, durante el año previo a su partida estuvo nadando más de 2.000 kilómetros en total en piscinas, lagos y mares para prepararse para una aventura, en aquel momento, completamente desconocida para él. Una travesía que comenzó cruzando el estrecho de Gibraltar el 26 de junio de 2018 hasta el Golfo de Áqaba, entre África y Asia pasando por el mar de Bismarck o el estrecho de Bering con aguas revueltas, congeladas o apacibles.

«Todo comenzó con un sueño. Me gustaba mucho el deporte, la aventura, había hecho muchas rutas a pie y había estado, por ejemplo, por encima del Círculo Polar Ártico. Me gustaba mucho caminar y pensé que por qué no dar la vuelta al mundo caminando. El otro motivo fue documentar el cambio climático, lanzar un mensaje de conservación del medio ambiente. Por otro lado, en la expedición Nemo, quería dar el mensaje de conservación de los océanos. Más del 70% del planeta es agua y tenía una deuda pendiente con los océanos y con el agua», ha relatado Nacho Dean.

Con dos libros publicados que se quedan cortos para tantas experiencias, Dean también se sirvió de Tik Tok para relatar sus peripecias. Así, alejado de hacer un documental al uso, el naturalista hizo 200 vídeos de un minuto en la red social con el objetivo de hacer llegar el mensaje de cuidado de la Tierra y enseñar cosas del otro lado del mundo a los más jóvenes. Ahora está preparando una nueva expedición científica y divulgativa en la que navegará a vela alrededor de España. Un alma inquieta y libre que cree que para que surja lo que en realidad es posible hace falta intentar una y otra vez lo imposible.

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