En el año 2010 Pilar Comeras llegó a la Asociación de Trastornos Depresivos de Aragón, más conocida como Afda, con una grave depresión a sus espaldas. Por aquel entonces solo los dos socios fundadores y otros dos empleados, un trabajador social y un psicólogo, formaban parte de una asociación que únicamente contaba con un pequeño despacho de pocos metros cuadrados. Aunque ella asegura que aterrizó en Afda “muy perjudicada”, pronto le enseñaron mecanismos para saber “gestionar el presente” y, gracias al acompañamiento de las terapias grupales, aprendió también a “frenar esa soledad tan infinita” que suelen sentir las personas que padecen esta enfermedad.
Hoy Pilar es presidenta de la Junta de esta asociación de la que ya no sólo forman parte los afectados y sus familias, sino toda una red de profesionales e implicados que tratan de hacer más fácil el día a día de aquellos que sufren depresión y que funcionan “como un soporte para ayudarles a recuperar su vida”, ha explicado el coordinador general de Afda, Javier Mediel, en la presentación de Afda Promueve, el nuevo proyecto creado por la agrupación para que diferentes entidades sociales aporten su experiencia en la lucha contra la depresión.
Tras 20 años de trayectoria en el apoyo y tratamiento para mejorar el bienestar y la salud emocional de las personas, Afda cuenta ahora con más de 30 psicólogos, pero también con profesionales de neuropsicología, farmacia, fisioterapia, psiquiatría y endocrinología, entre otros. En definitiva, un enorme equipo interdisciplinar con 1.800 personas asociadas que el pasado 2021 atendió 16.000 consultas individuales y que hoy se enfrenta, según Mediel, a una “demanda existencial abrumadora”, con más de 120 nuevos pacientes cada mes.
Y es que los últimos años de pandemia han servido, al menos, para aumentar la visibilidad de un trastorno de salud mental cada vez más creciente. Prueba de ello es también que este martes, 10 de mayo, comenzará a funcionar el número de teléfono gratuito -024- que el Gobierno ha puesto en marcha para atender a personas con pensamientos o riesgo de conducta suicida. Una noticia que desde Afda celebran porque consideran que “la situación del covid ha animado a la gente a comenzar a buscar apoyo”, aunque creen que “todavía queda mucho trabajo por hacer”, sobre todo en referencia a ese tabú que en zonas más pequeñas o rurales continúa existiendo, “ese miedo o vergüenza a trabajar la depresión de forma colectiva”.
Los resultados del paso por la Asociación son muy positivos ya que, según las cifras, la sintomatología de los pacientes se ha llegado a reducir un 45%. Algo que consiguen a través de terapia individual pero también grupal, encuentros familiares, acompañamiento en actividades de ocio y cultura, charlas y talleres saludables muy diferentes, tanto artísticos como deportivos o de entrenamiento de habilidades.
Sin ánimo de lucro, Afda se autodefine como “un proyecto pionero de economía social con un enfoque muy comunitario”. Nació con la idea de que cualquier persona, tuviera o no recursos, pudiera acceder a tratamiento psicoterapéutico especializado, algo que no hubieran podido hacer realidad sin el apoyo público que reciben. Así, Afda Promueve surge como un nuevo espacio asociativo de salud en Zaragoza que busca abordar ese bienestar emocional y físico de la ciudadanía de forma accesible, asequible y basada en el apoyo mutuo.
Vivero de entidades sociales
Javier Mediel ha definido Afda Promueve como “un vivero de entidades sociales, un proyecto que materializa el trabajo en red que la asociación ha ido consolidando a lo largo de los años” colaborando, entre otras agrupaciones, con Cocemfe Aragón y Amanixer, en el acompañamiento de personas con discapacidad; con la Obra Social del Carmen, en la atención a mujeres víctimas de violencia de género; con Brisa de Mariposas, en el proceso de duelo gestacional o neonatal; con Paso a paso y Liana, para la prevención del suicidio; y, recientemente, con Cruz Roja y Cepaim, en la acogida de refugiados ucranianos.
Este nuevo espacio busca así “compartir recursos y colaborar en proyectos para entidades del tercer sector consolidadas y emergentes”. En él se ofrecen, además, formaciones compartidas, asesoramiento en la búsqueda de financiación y la posibilidad de tejer redes e “impulsar juntos una mejoría del bienestar de la ciudadanía”, ha concluido el coordinador.