La obra llega desde este jueves al domingo. Foto: Laura Trives

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Juan Mayorga decidió una vez que el «Silencio» era una buena opción para entrar a la casa de las palabras, esa que se esconde bajo el nombre de Real Academia Española. La belleza de lo no dicho por esos personajes de grandes dramaturgias de Kafka, Lorca, Beckett o Chéjov formaban parte del discurso del ya académico Mayorga. Un discurso arriesgado y carismático que desde este jueves al domingo hará enmudecer al Teatro Principal de la mano de Blanca Portillo. Ella frente al mundo, sola sobre las tablas, demostrará que el teatro no sería nada sin la ausencia de sonido y que muchas veces llena más este que las palabras.

«Yo estaba presente cuando Juan Mayorga pronunció ese discurso que le hizo convertirse en académico. Es mi amigo del alma y yo decía pero cómo va a entrar en la RAE con lo joven que es. El discurso fue absolutamente magistral y carismático y él dijo que perfectamente podía ser interpretado por un actor. Eso me dejó pensando y le propuse hacerlo», contaba este miércoles Blanca Portillo que se mostraba «emocionadísima» por estar en uno de los «teatros más bonitos de España. Aquí en el Teatro Principal te envuelve un aura como de estar en un lugar sagrado».

«Silencio» está producida por Blanca Portillo. Foto: Laura Trives

Después de esa propuesta en la que una de las mejores actrices de España y el dramaturgo español vivo más editado y representado del mundo se fusionaron para, en silencio, construir algo grande, comenzaron a buscar conflicto. «En el discurso de Mayorga no había ningún conflicto, él estaba de acuerdo con todo lo que escribió, pero sin conflicto el teatro no puede existir. Así que planteamos una obra en la que un dramaturgo, que no es Mayorga, le pide a una actriz, que no soy yo, que pronuncie su discurso de ingreso en la RAE. Eso hace que ella tenga muchos diálogos internos porque no está del todo de acuerdo con lo que está pronunciando», ha asegurado Portillo.

«La casa de Bernarda Alba» de Lorca o la «Antígona» de Sófocles no serían lo mismo sin esas escenas en las que todo está en silencio. Cosas no dichas que no son solo sinónimo de pausa, de calma, de relajación y es que hay silencios amargos, dulces, otros que hacen temblar y unos que reconfortan. Con un monólogo emotivo, directo, pasional y una gran interacción con el público, Portillo demostrará que el silencio es necesario para que las palabras vuelen.

«Yo una vez juré y perjuré que nunca más iba a hacer un monólogo. No por nada, pero no concibo el teatro trabajando sola sin gente con la que compartir en el escenario. Pero esta obra es diferente a todo lo que he hecho, es un monólogo especial en el que los 800 pares de ojos del Principal (en caso de que llenemos) estarán conmigo y me harán sentir que jamás estoy sola. Se interactúa mucho con el público, demasiado, pero no puedo desvelar más cosas de las que se verán», asegura la ganadora del Goya 2022 por Maixabel.

El silencio como lugar de creación, reflexión y sorpresa se sostendrá durante 100 minutos en el Principal en una obra que hará pensar, divertirse y adentrarse en esas grandes obras de la historia que no serían nada si esos dramaturgos no hubieran apostado por meter silencios en ellas. Y es que ya lo decía Jorge Luis Borges, a veces, es mejor no hablar si lo que se dice no va a mejorar el silencio.

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