Los besos inundan los hospitales de Zaragoza para celebrar el Día de la Infancia Hospitalizada

El Hospital Clínico y el Miguel Servet han reunido a voluntarios y trabajadores sanitarios este 13 de mayo
photo_camera El Hospital Clínico y el Miguel Servet han reunido a voluntarios y trabajadores sanitarios este 13 de mayo
Una enorme oleada de besos, dirigidos directamente a los pacientes más pequeños, han llenado de calor y cariño el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y el Hospital Infantil Universitario Miguel Servet este viernes que, como cada 13 de mayo, se celebra el Día de la Infancia Hospitalizada. Una fecha muy necesaria que las principales entidades de voluntarios de la capital aragonesa han querido reivindicar, no solo para arropar a estos pequeños héroes sino también, y ante todo, para “dejarles claro que no están solos y que siguen teniendo derechos”. Y es que vivir entre las cuatro paredes blancas de un centro hospitalario no siempre es sencillo, especialmente cuando las circunstancias obligan a permanecer en él más tiempo del que a cualquiera le gustaría. En el caso de los niños, niñas o adolescentes, la situación suele ser mucho más delicada por la serie de desajustes sociales, familiares, emocionales y educativos que conlleva. Organizaciones como Cruz Roja o la Asociación Española Contra el Cáncer tratan de hacer más llevadera la estancia en el hospital de estos niños y mejorar su calidad de vida a través de actividades lúdico-educativas, apoyo escolar o acciones de acompañamiento y trabajo con la familia. Estas asociaciones han estado presentes esta mañana en los dos principales hospitales zaragozanos para celebrar un día muy especial que, este 2022, llega tras dos años especialmente duros por la pandemia. “Lo que queremos es que a pesar de estar en estos centros hospitalarios, aislados incluso de sus familias en muchas ocasiones, sigan teniendo ese espacio de ocio y tiempo libre que favorezca su desarrollo”, ha explicado la trabajadora social en Cruz Roja Española Juventud, Paola Latorre, quien ha sido la encargada de leer el manifiesto a las puertas del Hospital Clínico y ha estado también presente en la lectura del Servet. Desde Cruz Roja llevan a cabo talleres de todo tipo, como juegos de mesa y manualidades, pero para Latorre destaca especialmente el taller de yoga terapéutico que se imparte desde hace tres años. “Es una actividad que busca influir favorablemente en el desarrollo personal y social de jóvenes con trastorno de la conducta alimentaria”, ha declarado. La Asociación Española Contra el Cáncer, por su parte, ofrece también apoyo a los niños hospitalizados en el aula hospitalaria y en una ciberaula “donde los chicos pueden pasar tiempo de ocio por las tardes y salen muy contentos”, ha explicado el coordinador de voluntariado de la AECC en el Hospital Miguel Servet, Fabricio González. “Son dos horas en las que los pequeños se distraen porque pueden salir de su habitación y relacionarse con otros niños”, ha añadido. Tras dos años de pandemia en los que apenas han podido tener contacto con el exterior, estos niños agradecen más que nunca poder pasar tiempo con iguales, “un tiempo que les ofrece la oportunidad, al menos, de volver a ser niños”, ha concluido González. Nueve entidades Se trata del séptimo año consecutivo que se organiza este día en España con el objetivo de difundir la Carta de los Derechos del Niño Hospitalizado, aprobada el 13 de mayo de 1986 por el Parlamento Europeo, que busca impulsar la humanización de los centros hospitalarios. En Aragón, las entidades sociales que han participado en esta iniciativa son, además de Cruz Roja y la Asociación Española contra el Cáncer, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Aragón (Aspanoa), Clowntagiosos, la Fundación Abracadabra, la Fundación Canfranc, la Fundación La Caixa, la Fundación Sesé e YMCA. El personal sanitario de ambos hospitales ha acompañado también en el acto a estos voluntarios que no solo hoy sino cada día consiguen sacar una sonrisa a estos niños. Unos valientes luchadores que, un año más, se han podido armar de cientos de besos para continuar con su día a día en el hospital y hacerlo, eso sí, más arropados que nunca.