Cuatro de cada cinco aragoneses afirman separar sus envases en el contenedor amarillo

En 2021, cada aragonés depositó de media 18,3 kilos de residuos a los contenedores amarillos de la calle
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Cuatro de cada cinco aragoneses declaran tener, de media, tres cubos, bolsas o espacios en casa para reciclar, destinando uno de ellos a los envases de plástico, metal y briks, los que van al contenedor amarillo. Esto supone el 87,5% de los encuestados en el estudio “Hábitos de la Población Española ante el reciclaje”, realizado por Instituto Catchment para Ecoembes. Y es que hoy se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha que nace para poner en valor este hábito ambiental que, también en España, se va consolidando cada vez más entre los ciudadanos. Este compromiso con el reciclaje que los aragoneses declaran tener se refleja en los datos. En 2021, un año aún marcado por la pandemia, cada ciudadano aragonés tiró de media 18,3 kilos de residuos a uno de los 12.438 contenedores amarillos que hay distribuidos en las calles de la Comunidad, es decir, una bolsa cada cuatro días aproximadamente. En el caso del contenedor de papel y cartón, cada ciudadano depositó de media 21 kilos de este tipo de residuos en los 9.420 contenedores azules que hay en Aragón, lo que equivale, aproximadamente, a tirar una bolsa con estos envases al contenedor cada ocho días. En cuanto a los residuos que deben depositarse a cada contenedor, el 91% de los encuestados aragoneses dicen tener claro los del contenedor azul. En el caso del amarillo, los ciudadanos aragoneses identifican más claramente con este contenedor las botellas de plástico, las tarrinas, los briks y las latas, mientras que hay otros residuos, como los aerosoles y las bandejas o envoltorios de aluminio, que también deben depositarse en este contenedor pero que todavía generan dudas. Además, también hay ciudadanos que, equivocadamente, creen que hay que lavar los envases antes de echarlos a los contenedores o que reciclar los envases pequeños es menos importante porque tienen menor impacto en el medioambiente. Por otro lado, aún hay ciudadanos que tiran al contenedor amarillo residuos que no son envases y que deben ir al punto limpio o el contenedor de resto, como los juguetes de plástico, calzado, ropa o productos plásticos de distinto tipo. De hecho, el 21% de los residuos de los contenedores amarillos en Aragón no deberían haberse depositado en ellos. Se enviaron 39.264 toneladas de envases a instalaciones recicladoras En 2021, en total, se enviaron a instalaciones recicladoras homologadas en Aragón 39.264 toneladas de envases domésticos de plástico, metal, brik, papel y cartón. “Estos datos demuestran que el reciclaje en el contenedor amarillo y azul es un hábito muy asentado en la sociedad aragonesa. No solo que cada vez reciclamos más, sino también mejor. Cada vez son más las personas que con sus acciones cotidianas quieren contribuir al cuidado del medio ambiente no solo reciclando los envases, sino también reduciendo su uso y reutilizándolos siempre que sea posible”, ha indicado el gerente de Ecoembes en Aragón, Jorge Serrano. Así, gracias a la colaboración de aragoneses y aragonesas, a nivel nacional se enviaron 1.570.513 toneladas de envases a instalaciones recicladoras, de las cuales 677.096 toneladas eran envases de plástico; 637.823 eran envases de papel y cartón; 247.157 toneladas eran envases de acero y aluminio, y las 8.436 restantes fueron envases de madera. Estas toneladas, que equivalen aproximadamente a 16.810 millones de envases, proceden no solo de los envases que los ciudadanos depositaron en los contenedores amarillos y azules de la vía pública, sino también de los que se recogieron en las más de 500.000 papeleras y contenedores de reciclaje instalados en oficinas, estaciones de transporte, centros deportivos y de ocio -más de 8.800 de ellos instalados en Aragón-, así como a través de las más de 100 máquinas de devolución y recompensa Reciclos repartidas por el país. También se recuperaron envases de las plantas de residuos urbanos, procedentes del contenedor de resto. De esta forma se evitó la emisión de 2,05 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a lo que emiten más de un millón de calefacciones al año. Además, se ahorraron 20,50 millones de metros cúbicos de agua y 5,27 millones de megavatios de energía.