La ciudad de Zaragoza cuenta con una buena calidad del aire. Los niveles de todos los contaminantes se sitúan alejados de los valores límite que establece actualmente la legislación, pero el objetivo es seguir mejorándolos para proteger la salud. La capital aragonesa, asimismo, ha cambiado las franjas horarias de mayor exposición a la contaminación, o de mayor concentración de dióxido de carbono, se mire por donde se mire. En 2020 se incrementaron los picos entre las 8.00 a 10.00 horas de la mañana debido al confinamiento. Cierto que es que no hubo actividad en la calle, salvo aquellas personas que entraban al trabajo o aquellos repartidores que suministraban productos a los supermercados. Y ya el pasado año se redujeron significativamente en ese horario y se concentraron de 20.00 a 0.00 horas.
Para mantener ese mejor control de la contaminación, el servicio de Medio Ambiente y Sostenibilidad está modernizando la Red Municipal de Calidad del Aire y colaborando con el Instituto de Salud Carlos III de Madrid (laboratorio nacional de referencia en la materia) para estudiar el comportamiento de algunos contaminantes, y para lo que han destinado cerca de 800.000 euros.
El Ayuntamiento está inmerso en un plan de modernización de la Red Municipal de Calidad del Aire. Dentro de este programa, se han adquirido cuatro nuevos equipos de medición de partículas y de óxidos de nitrógeno y están en diferentes fases de contratación otros cinco para benceno y ozono, entre otros elementos. Ello supone una inversión de más de 300.000 euros para ir actualizando los analizadores de la red.
Además, se encuentra en una fase muy avanzada de desarrollo el nuevo sistema de predicción de la contaminación atmosférica (Precoz-2), que comenzará a funcionar en pruebas en 2023 y que favorecerá la aparición de soluciones previas a superar los valores límites establecidos de calidad del aire. Con una inversión de 486.500 euros, el Ayuntamiento ha encargado su diseño al Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) del Ministerio de Ciencia e Innovación. Sustituirá al sistema actual, que tiene más de 15 años, y permitirá predecir episodios de contaminación con 48 horas de antelación introduciendo el control de nuevos contaminantes no contemplados en la actualidad y ofreciendo información calle a calle. Para ello incluirá incluso simulaciones de cómo afectan sus edificios a la dispersión de los contaminantes.
“Disponemos en Zaragoza de una herramienta fundamental que es la Red Municipal de Calidad del Aire, somos la única ciudad española junto con Madrid independiente de las Comunidades Autónomas que tenemos una red propia, una red que tiene un gran prestigio a nivel nacional”, ha destacado la consejera de Infraestructuras y Medio Ambiente, Patricia Cavero. A través de ocho estaciones y un centro de control, la red municipal mide constantemente los niveles de óxidos de nitrógeno (NO2 y NO), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), materia particulada (PM10 y PM2,5) y ozono (O3).
Zaragoza mantiene una buena calidad del aire
La ciudad mantiene una buena calidad del aire y los niveles de contaminantes se sitúan lejos de los valores límite que establece actualmente la legislación. Así se desprende del informe de 2021 y el avance de 2022, que constatan una reducción en el nivel medio de dióxido de nitrógeno, vinculado principalmente al tráfico y la actividad industrial. El pasado año el promedio anual se situó en 20 µ/m3, con zonas donde la dilución fue más acusada, como Centro, Actur, Renovales o Jaime Ferrán, mientras que en otras se registró mayor concentración, como Las Fuentes o Avenida Ciudad de Soria. Los mayores niveles se registraron durante los meses de marzo y agosto.
Destaca además la reducción que se produjo en los niveles de las partículas en suspensión más finas (PM2,5) (polvo, cenizas…), que se situaron por debajo de los 10 µ/m3 (9,33µ/m3). Por su parte la concentración de partículas PM10 aumentó debido, fundamentalmente, a los importantes episodios de vientos africanos que se registraron y que afectaron a buena parte de la península, además de otras situaciones de estabilidad con altas temperaturas y sin viento. Las mayores intrusiones de polvo sahariano se registraron en febrero y marzo.
En cuanto al ozono, en 2021 se registraron mayores concentraciones, aunque siempre dentro de los parámetros legales. El ozono no se emite a la atmósfera, sino que se forma a partir de otros contaminantes y está directamente relacionado con la radiación solar y la reducción de los valores de dióxido de nitrógeno. Las mayores concentraciones se registraron en junio, julio y agosto, con picos en algunas estaciones en marzo y septiembre.
Precisamente la próxima semana arrancará en Zaragoza una campaña de mediciones relacionadas con el benzopireno con las que se quiere conocer mejor la influencia que tiene este precursor en la formación del ozono. Se trata de una encomienda del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que está realizando el Instituto de Salud Carlos III de Madrid en la que participa el Ayuntamiento. Las conclusiones ayudarán a tomar medidas que permitan controlar mejor sus niveles.