Una mujer acusa a su esposo de violarla y él dice que "no fue capaz de complacerla y se molestó"

La Fiscalía y la acusación particular piden para el acusado diez años y seis meses de prisión
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Un hombre podría ir a la cárcel diez años y medio de prisión por supuestamente violar a su esposa en septiembre de 2020 en un piso compartido de ayuda a personas migrantes. La mujer defendió en su día que “la golpeó y la agarró de los brazos” y después la penetró sin su consentimiento. Él en cambio ha negado lo ocurrido y defiende que “no fue capaz de complacerla y se molestó”. El matrimonio vivía junto a una de sus hijas en un piso tutelado por una entidad social para personas migrantes en la avenida de San José de Zaragoza. Los tres vivía en una habitación de este piso que compartían con otras familias. En la noche del 18 de septiembre de 2020, el varón ha recordado que “estaban acostados cada uno en su cama” y que él se acercó a su esposa a “darle intimidad” y que ella aceptó “pero si era rápido”. Este hombre ha declarado que tiene problemas con la eyaculación precoz y que la presunta víctima “se molestó por ello” y le insultó llamándole “poco hombre”. Según ha dicho, comenzó una discusión y el acusado pasó a su hija pequeña a la habitación de una de sus vecinas. “Me pegó con el móvil y yo cogí a la niña. Después comenzó a tirarme la ropa por la ventana. La agarré de los brazos y me arañó”, ha explicado al tribunal. La mujer llamó a la Policía y el varón bajó a la calle, según ha dicho, a contar lo que había ocurrido, pero acabó detenido. La esposa del acusado, separados desde entonces pero no divorciados, ha preferido no declarar lo que ocurrió hace dos años. “No recuerdo nada, ha pasado mucho tiempo”, ha dicho. Sin embargo, cuando se detuvo a su marido sí que declaró y explicó que “le golpeó, la cogió de los brazos” y la penetró sin su consentimiento. Declaración que ha sido ratificada por los policías que acudieron a la llamada de alerta. La vecina que, según ha dicho el acusado, acogió a su hija durante la discusión, ha declarado que se asomó al pasillo y vio cómo el acusado pegaba una patada a la víctima “y la mandó a volar” contra una de las paredes de la habitación. “Fui a levantarla y la llevé a la habitación para que se tranquilizara. Estaba llorando y me dijo que su marido había intentado violarla”, ha explicado. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) han declarado que solo observaron unas lesiones de tipo arañazo que podría haberse producido tanto por la discusión como por la agresión que denunció que ocurrió. La Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el letrado Alberto Peiró, piden para el acusado diez años y seis meses de prisión por un delito de agresión en concurso medial de lesiones. La defensa, llevada por Marta Infante, pide la absolución al considerar que sí que hubo relaciones sexuales pero que en todo momento fueron consentidas.