La reciente aprobación del plan de ahorro y eficiencia energética del Gobierno, que limita el aire acondicionado a 27 grados y la calefacción a 19 grados y obliga a apagar las luces de los escaparates y de los monumentos a partir de las 22.00 horas, entre otras medidas, afectará especialmente a sectores como el del comercio. En Aragón esta decisión -tomada por el Consejo de Ministros con el objetivo de que España reduzca un 7% su consumo de gas en aras de su compromiso con Bruselas-, ha sido aceptada por los comerciantes aunque no sin cierta reticencia.
La exigencia de límites en la temperatura, que además de a espacios comerciales y culturales se aplicará a grandes almacenes, cines, hoteles y estaciones, obligará también a instalar termómetros en zonas de fácil visibilidad para que se pueda comprobar que la normativa se está cumpliendo. Además, mientras el aire acondicionado o la calefacción estén encendidos, las puertas tendrán que permanecer cerradas.
El presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), Antonio Tornos, cree que la medida está bien planteada para “esos comercios que ahora en verano se dedican a refrescar la calle con las puertas abiertas de par en par”, algo que no ve bien aunque admite que “invita a entrar”. Para las tiendas a pie de calle, ha explicado Tornos, “la luz y la puerta son dos factores fundamentales”, por lo que el plan de ahorro energético “probablemente nos haga perder a ese cliente ocasional que va paseando”.
Aunque el presidente de ECOS ha subrayado que “con los recortes, los comercios llevamos ya un tiempo tratando de ahorrar energía para minimizar costes”, acepta que “oficializar estas medidas es necesario para que no haya cortes”. Y así lo explicaba la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera: “La situación es crítica porque, en cualquier momento, se puede producir un corte del gas procedente de Rusia”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios de Comercio de Electrodomésticos de Aragón, José Antonio Braulio, ha asegurado que “hace mucho tiempo que los comercios buscamos nuestros propios sistemas para poder ahorrar dada la crisis que vivimos desde hace ya años” y que el plan aprobado esta semana por el Gobierno “solo busca intentar matar moscas a cañonazos y no repara en la raíz del problema, que es que no se ha preparado a nuestro país para producir energía”. El fondo de la cuestión, para Braulio, es que “si hace falta energía lo que hay que hacer es producirla, no eliminarla”.
La presidenta la Asociación de Empresarios del Sector Comercial Zona Centro de Zaragoza, Begoña Abad, ha definido la decisión del Ejecutivo como “otro duro golpe para comerciantes y empresarios”. Abad ha afirmado que “es una medida absolutamente contraproducente”, especialmente para aquellos que se dedican al comercio de moda, calzado y complementos. “La gente está en la calle a más de 40 grados y si entran a los establecimientos es para estar cómodos”, ha comentado. “Llegan a las tiendas sofocados y sudando y se encuentran en la tesitura de probarse o no las prendas. Si hay una temperatura estable y cómoda, se animan más”, ha asegurado.
Tras dos duros años de pandemia que han afectado a todos los sectores y, en especial al comercio, Abad cree que estas medidas no facilitan las cosas para un sector que necesita auge y que, lamentablemente, “perjudicarán a las tiendas más pequeñas y al comercio local”. Tampoco considera oportuno el momento en el que se han tomado las restricciones, “a mitad de la campaña de rebajas de verano y a muy corto plazo”.
Finalmente, la presidenta de Zona Centro ha abogado por el “sentido común” del Gobierno, que espera “que aplique también estas medidas de ahorro energético en sus propios despachos”.
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