En torno a 400 personas se han manifestado por un cole seguro, entre ellos, niños afectados por la tormenta

“Si viera por la mañana que va a llover, yo no la traería, seguro. Y si algún día está medio medio, estaría al loro para que no pasase nada». Así de contundente se ha mostrado uno de los padres del colegio María Zambrano de Parque Venecia tras lo sucedido el pasado 6 de julio con la tormenta, que destrozó este centro educativo. Por ello, el AMPA ha convocado esta tarde una concentración en torno al colegio para exigir un “cole seguro”, formando un muro humano simbólico.

El acto ha comenzado con la lectura de un manifiesto, a cargo de la presidenta del AMPA, Noemí Corbatón. “Cuando decían que el agua había entrado en el cole, nosotros, incrédulos, jamás hubiésemos imaginado esta tragedia, una de nuestras peores pesadillas. Duele, duele mucho verlo así”, comenzaba el texto. Entre aplausos, Corbatón ha defendido que “lo único que tiene que inundar el María Zambrano son sonrisas y abrazos de su alumnado”.

Al unísono, los presentes han levantado su voz “por un cole seguro”. Tras la concentración, ha tenido lugar una reunión en la que se han tratado temas como las opciones más viables a corto y medio plazo. Según Corbatón, estas propuestas pasan desde “ocupar el colegio reparado con medidas de seguridad” hasta “la ubicación de aulas prefabricadas” o incluso “la dispersión del alumnado en otros centros”.

Preguntada por si han mantenido más reuniones con el Ayuntamiento y con la Consejería de Educación del Gobierno autonómico, la presidenta del AMPA ha asegurado que no se han dado más encuentros pero que sí que han “mantenido el contacto” con el Departamento de Educación y les han aportado avances de los informes, en los que se recogen que “las medidas urgentes que puede tomar son las que ya están acometiendo, es decir, la reparación”.

El centro ahora mismo está en proceso de reparación y Corbatón ha apuntado que los trabajos están siendo “muy rápidos”. “Tenemos, lamentablemente, la ventaja de contar con una obra en funcionamiento justo al lado y los materiales utilizados son los mismos. En teoría, no va a haber ningún retraso y se van a poder acometer los trabajos a tiempo”, ha señalado.

Entre los padres, indignación y también preocupación. “Yo lo cambiaría de localización o giraría el que están haciendo para el otro lado”, comentaba el padre de la niña más pequeña del colegio, cuyo cumpleaños es el 28 de diciembre.

Todos coincidían en el cambio de emplazamiento del centro educativo. “No nos sentimos seguros los padres estando aquí, soy partidario de buscar una nueva localización”, aseguraba otro. “Desde luego, cualquier alternativa, menos esta”, concluía.

“Cien por cien este colegio tiene que salir de aquí, está en medio del cauce de un río”, explicaba otra madre, quien añadía que su hijo estrenó el centro el año pasado y que las medidas que se están proponiendo son «crónicas de una muerte anunciada». “Saben que va a volver a suceder, nosotros ponemos nuestras líneas rojas: dentro del cauce de un río, no”, relataba entre una multitud de en torno a 400 personas.

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