Los pasillos de las Cortes de Aragón comienzan a llenarse de diputados y el ambiente se parece cada vez más al de una legislatura en marcha, aunque nada más lejos de la realidad, no hay avances significativos ni para la Presidencia de la cámara ni de cara a la investidura de Jorge Azcón.
Lo han dejado claro tanto el PAR como Teruel Existe, dos de los partidos que se han abierto a apoyar, o bien abstenerse, para que los populares consigan gobernar en solitario. Eso sí, Alberto Izquierdo y Tomás Guitarte dejan para luego este primer asunto, ya que, en el plazo inmediato, lo que les atañe es la Mesa de las Cortes. Ni uno ni otro se plantean ocupar esos sillones, aunque coinciden en que este órgano debe recoger la “representatividad” del hemiciclo. En este sentido, Guitarte ha pedido “desvincularse de las luchas internas del parlamento” e Izquierdo, que se tenga en cuenta tanto a los grupos mayoritarios como a los minoritarios, como es su caso.
Según el diputado electo del PAR, se sentarán a negociar el apoyo a un presidente de las Cortes, si se lo piden, bajo esas “reglas del juego”. Si ven factible una cesión a su partido, prefiere no comentarlo: “No, no queremos sillones. Ya tengo uno en mi casa”.
EL PAR PIDE “COMPROMISOS POR ESCRITO” A AZCÓN
Izquierdo ha desvelado también que no hubo avances en la primera reunión de la Comisión Negociadora del PP y su partido. Eso sí, ha pedido a los populares poner sus propuestas “por escrito” y en especial la oposición al trasvase del Ebro, que Azcón ha reiterado en sus declaraciones. “A mí no me sirve que en Aragón sea blanco y en Valencia negro”, ha dicho.
Y si los populares consiguen el Gobierno, ha añadido, este acuerdo firmado será una forma de rendir cuentas ante el próximo jefe del Ejecutivo Central. La defensa de las comarcas, la bilateral con el Estado, corregir el modelo de ambulancias o cómo se estructurará la DGA son otras de las líneas que ha destacado Izquierdo y que piden concretar antes de dar el “sí” en la investidura. Mientras, Guitarte ha reconocido contactos, así como con otros partidos para la Mesa, y sigue justificando su abstención como barrera para que Vox no forme parte del puzle gubernamental de Azcón.
SILENCIO EN VOX
Según sus palabras, no se trata solo de advertir de su peligro, como han hecho Podemos, IU o CHA, que votarán en contra, sino de “hacer algo para evitar que lleguen”. Pasa aquí, añade, pero también en Madrid “con ERC y Bildu”. Pensar más allá de esa abstención, asegura, es “política ficción” y por eso no se plantea cambiarla.
Todos hablan de Vox, pero la realidad es que el grupo parlamentario guarda silencio a la espera de la llamada del PP. Sus siete diputados se han dejado ver por los pasillos de las Cortes, como los del resto de grupos que han pasado por las Reuniones Informativas que imparte la institución antes del comienzo de la legislatura. Si entre ellos puede estar quien dirija la Mesa del parlamento los próximos cuatro años, como exigieron en un principio, es un misterio que, eso sí, durará poco. Hasta el viernes como máximo.