Azcón ha pronunciado su discurso durante algo menos de hora y media

Una bajada de la presión fiscal y la supresión del Impuesto de Sucesiones. Han sido dos de las principales promesas realizadas en su discurso por el candidato a la Presidencia del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, que se ha comprometido a devolver el equilibrio necesario entre impuestos, crecimiento y bienestar en la Comunidad.

Durante su discurso de investidura, Azcón ha recordado que Aragón es la Comunidad Autónoma que más recauda en impuestos que repercuten directamente sobre los individuos y las familias y que un aragonés paga de media 170 euros al año más de impuestos que cualquier otro español. Por ello, ha subrayado que bajará el tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, con especial atención a las rentas medias y bajas.

Como primera medida, ha avanzado que revertirá muchas de las subidas que se han aplicado durante los últimos ocho años, en la época de Javier Lambán, “sin olvidar especialmente el esfuerzo que, debido a la inflación, han tenido que hacer las familias”.

A continuación, Azcón ha anunciado que eliminará paulatinamente a lo largo de la legislatura el Impuesto de Sucesiones y Donaciones hasta su mínimo legal.

“Sé que hay diputados y diputadas de esta Cámara que piensan que hay que recaudar todo lo posible y a toda costa, incluso a los muertos. Pero el Impuesto de Sucesiones es un castigo al esfuerzo de toda una vida. Cualquier familia que tenga aspiraciones de prosperidad no puede ser sometida a semejante injusticia”, ha subrayado,

Tras recalcar que el Impuesto de Sucesiones es especialmente “injusto”, Azcón ha insistido en que no conoce a nadie que no quiera dejar a sus hijos más de lo que tuvo él, que no se esfuerce por ellos, que no intente ahorrar en la medida de sus posibilidades para que, cuando él falte, sus hijos dispongan de su legado.

Para el candidato a la Presidencia, ésto supone la última y postrera imposición sobre bienes ya tributados, desincentiva a quien trabaja y ahorra por su familia y lastra las posibilidades de quien hereda.

A su juicio, es hora de cambiar, “de pasar del exceso recaudatorio a una política fiscal razonable, que estimule la actividad económica en vez de desincentivarla, que sea una aportación justa al bien común en vez de una carga insufrible”.

También ha mostrado su intención de elevar el mínimo exento del Impuesto de Patrimonio hasta los 700.000 euros. “No es justo que los aragoneses sufran el mayor impuesto de patrimonio que se paga en España y que golpea con especial dureza su legítimo esfuerzo por prosperar. Vamos a cambiar esa realidad”, ha señalado.

En lo relativo a la fiscalidad de las empresas, Azcón cree que es posible que las empresas sean competitivas y a la vez solidarias con el objetivo de volver a hacer de Aragón una comunidad líder.

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