Cristian y Azón se reencuentran con La Romareda

Azón se dispone a rematar a puerta con su pierna derecha
photo_camera Azón gozaba de una gran ocasión en el último instante. Foto: Real Zaragoza (Tino Gil)

Había muchas ganas de reencontrarse con el fútbol, con los compañeros de grada o con el Estadio Municipal de La Romareda. En definitiva, con el Real Zaragoza. Luego todo quedó en buenas intenciones por un partido deslucido, de dura digestión y con un pobre y justo empate que dejó a las claras que ni los maños ni el Mirandés habían ofrecido su tarde más productiva. Pero, eso sí, fue la tarde de volver a ver en el césped a dos de los futbolistas más queridos por todos.

Uno de ellos saltó al césped desde el inicio. Y menos mal. Porque poco tardó Cristian Álvarez en demostrar que ni su lesión en el brazo le va a frenar en su carrera por erigirse en el mejor. De hecho, ante los burgaleses lo volvió a ser. Varias paradas de mérito del argentino lograron que el resultado no fuera más preocupante para la escuadra dirigida por Fran Escribá. Especialmente una abajo a Raúl en el segundo minuto de juego, o una en la recta final del partido tras disparo lejano, con efecto, al que reaccionó con sus reflejos felinos.

Al rosarino se le ha echado de menos, no logrando Ratón hacer olvidar ni lo más mínimo sus actuaciones. Sí rindió mejor Rebollo, especialmente ante el Huesca, pero la sombra alargada de Cristian Álvarez es tan magnánima que injustas son las comparaciones. El caso es que ha vuelto para dejar la portería a cero y dar ese poso de tranquilidad tan necesario para los maltrechos corazones blanquillos.

Y, en la otra punta del campo, el nueve. Iván Azón saltaba al terreno de juego tras muchas, demasiadas semanas, en el minuto 72 para sustituir a Gaizka Larrazabal. El ariete, pese a estar lógicamente lejos de su mejor estado rítmico, hizo lo que mejor sabe hacer: revolucionar. A base de forzar faltas estiró al equipo cuando más sufría e incluso pudo redondear la fiesta en la última jugada del choque.

Simeone cabalgaba por la izquierda en una jugada típica del Cholito para ceder al área. Casi sin espacio, Azón metía el pie pero su disparo se topaba con una notable intervención de Herrero para dejar inamovible el luminoso. Era la mejor oportunidad del partido y, cómo no, surgía del siempre peligroso Iván. Ante un equipo con no excesiva facilidad para hacer daño, su reaparición es una noticia fantástica.

También fue el día del estreno de Cordero como director deportivo en La Romareda, tomando buena nota de cara a este mercado de fichajes en el que de momento ha llegado Alarcón. Otro que se estrenaba, entonándose con el paso de los minutos pese a acusar los vaivenes típicos de un primer día en el trabajo nuevo.