Una de las cuestiones que evidenció el partido del Real Zaragoza ante el Sporting de Gijón fue el problema serio que sufre en los costados. El equipo de Fran Escribá no tiene alas para volar y se desangra por ellas. Larra suplió al lesionado Gámez y un fallo posicional costó el primer gol; mientras que por la izquierda, Nieto terminó expulsado. Más adelante, Puche fue el damnificado de la roja de Alarcón y Vada, que no jugó un buen partido, se perderá el siguiente por cumplir ciclo. Encontrar soluciones es tan obligado como difícil.
Lo cierto es que los problemas en la zona de banda son de lo más palpables en el Real Zaragoza. El primero serio llegó a los tres minutos, y eso que pudo tener lugar antes, porque salieron dormidos. En este caso, Larra falló en la posición, dejando una autopista para que Diego Sánchez pusiese el pase de la muerte y Queipo el gol. El 1-0, sumado a la entrada de Alarcón que costó la tarjeta roja, dejaron el partido muy cuesta arriba para terminar perdiendo.
Los ataques sportinguistas fueron una constante por los costados, a pesar de que estos no cuajaron un gran partido. En la otra banda, Nieto sufrió habitualmente las internadas de Rosas y de Aitor. Los locales atacaron los costados conscientes de que ahí se encontraba la mayor fragilidad del Real Zaragoza. De hecho, el canterano, tras haber sufrido durante todo el choque, terminó expulsado y condenando definitivamente al equipo.
En los interiores las cosas no fueron mejor. Puche, en su cuarta titularidad de la temporada, apenas aguantó doce minutos sobre el terreno de juego, pagando las consecuencias de la expulsión de Alarcón. Grau entró para dar consistencia al centro del campo y Mollejo se escoró más al costado, pero tampoco fue su día. Peleó sin éxito y, además, recibió un marcaje por parte del colegiado de lo más efectivo, contribuyendo a dejarle fuera del partido.
Vada, el otro interior que partió de inicio, tampoco tuvo su día. No generó ocasiones de peligro real, siendo intrascendente en los 70 minutos que disputó de partido. Ahora bien, no lo fue menos que el resto de sus compañeros de banda, que sufrieron atrás pero no lograron dotar de argumentos ofensivos al equipo. Un centro de Nieto con remate de Mollejo constituyó la única ocasión de peligro serio del partido, condenando a un Real Zaragoza que terminó con nueve jugadores.
UNA SEMANA DE MERCADO
La dificultad de resolver estos problemas en el mercado de invierno es alta, y pone a prueba al director deportivo, Juan Carlos Cordero, en su labor. Para fichar es necesario dar salida a algún jugador, lo que implica duplicar el número de operaciones para firmar una llegada. Falta apenas una semana para el cierre del mercado con varios nombres en una quiniela que todavía está por resolver.