Vergonzoso Real Zaragoza resucitando a un muerto Málaga (3-0)

Bebé corre junto a Ramalho, que abre los brazos
photo_camera Bebé era el mejor de los zaragocistas sobre el césped. Foto: Real Zaragoza (Tino Gil)

Ningún equipo estaba mostrando más carencias que el Málaga en este 2023. Incluso arrastrados de 2022. Pero el Real Zaragoza siempre está ahí para enarbolar la bandera del "y yo más". Nefasta segunda parte de los de Escribá en Málaga, ante un equipo que pese a su mediocridad manifiesta era capaz de golear a los maños con un rotundo 3-0 cimentado tras el descanso. Y son dos derrotas muy duras consecutivas para los aragoneses.

Once con muchas novedades el que disponía Escribá sobre el césped de La Rosaleda, en todas las líneas. Lluís López emergía en el centro de la zaga junto a Jair, al igual que Larra en el lateral derecho. En la medular recuperaba su puesto como titular Alarcón junto a Francho, dejando las bandas a Bermejo y Bebé; arriba, doble punta para Vada y Simeone. Enfrente, un Málaga con muchas urgencias pero también con talento suficiente como para salir de la complicada situación liguera que arrastra desde hace ya demasiadas semanas.

Y en apenas cinco minutos ambos ya habían mostrado su firme intención de ir a por el choque. Primero el Málaga con dos tentativas, probando incluso a Cristian de lejos. Después, se estiraba el Zaragoza por medio de Bebé. El extremo primero encontraba a Vada dentro del área, pero su media vuelta no entrañaba excesivo peligro para el arquero. También Bebé probaba con un centro chut duro sin dirección a portería, acrecentando su amenaza. El peligro del cuadro local en los primeros compases lo ponía Villalba, habilidoso y generando unos para uno, haciendo daño a la espalda de Nieto, desubicado en su misión.

Bajó el ritmo, como no podía ser de otra forma, tras el arranque de ambos pasando a unos minutos de supuesto control zaragocista sin colmillo pero sí inteligentes para jugar con la ansiedad malacitana. Y a la contra, Jair apagaba fuegos. Bebé, muy por encima de la media, seguía volviendo loco a Delmás por dentro, por fuera, y sirviendo un balón a Bermejo que, sin embargo, estuvo cerca de mandar su disparo a provincias limítrofes. En los minutos siguientes llegarían clarísimas para el Real Zaragoza.

Primero la tendría Simeone tras robar, el más listo de la clase, un pase atrás deficiente de la zaga malagueña. Tras driblar al portero y a puerta vacía, se entretenía en exceso y su disparo lo sacaba Ramalho bajo palos. En el córner, Bebé obligaba a Yáñez a una gran intervención abajo pero en su despeje llegaba Vada, quien mandaba el rechace alto. Eso sí, a su vez era cazado, sin contemplaciones, en el tobillo. Como es habitual en esta categoría, la incapacidad o ineptitud arbitral se abría paso para ni siquiera contemplarlo como jugada revisable. El penalti era clamoroso. Y así acababa una primera mitad en la que, por cierto, se daba una estadística cuanto menos curiosa: ni una falta a favor señalada para el Real Zaragoza.

SEGUNDA PARTE

El Málaga movía ficha con la entrada de Rubén Castro al descanso. Y era el que vacunaría primero. Desbandada defensiva de Larra al segundo palo, no previendo ni siguiendo al delantero que, pese a su edad, sigue demostrando su olfato. 1-0 de un conjunto, el malaguista, que probablemente era el peor al que se había medido el Real Zaragoza en toda la temporada por lo visto en el verde. Aunque peores eran las actuaciones tanto de Nieto como de Larra, sin enterarse “de la tostada” en toda la noche en tierras andaluzas.

Aún con todo, el Real Zaragoza no merecía en ese momento ni de lejos perder. Trataba Bebé de echarse el equipo a las espaldas y en uno de sus clásicos disparos “desde Cuenca”, el esférico lamía el poste izquierdo de Yáñez, ya batido, muy cerca de la igualada. Puche y Gámez en el 63 al campo en detrimento de Larra y Bermejo. Sí daba la sensación de que las ideas se iban apagando paulatinamente con el paso de los minutos.

Tanto que, encima, llegó el mazazo final. Lago Junior, con un latigazo desde fuera del área, batía a Cristian. Un golazo, el 2-0, que iba a sellar el triunfo para los malagueños. El técnico zaragocista daba los últimos minutos a Pau Sans sustituyendo a Vada, en muy bajo nivel. También Pape por Simeone, amonestado y con poco ya que ganar sobre el tapiz. Ya con el Real Zaragoza arrastrando el escudo, dando vergüenza, Rubén Castro regalaba el mejor gol posible para los locales, con una vaselina que superaba a Cristian y que llevaba la locura a las gradas de La Rosaleda.

Los minutos de la basura fueron eso simplemente, minutos de la basura. Los maños ya eran más que conscientes de no tener ninguna alternativa en el electrónico. Y sólo Bebé parecía tener la honra suficiente como para intentarlo hasta el final. Un resultado, 3-0, que enciende todas las alarmas en el seno de La Romareda.