De Luna a Gueye: cara y cruz en el Real Zaragoza

La nota más positiva fue la de Marcos Luna en su primera titularidad, cumpliendo hasta que unos calambres se lo permitieron
Marcos Luna delante del bus
photo_camera El lateral cuajó una gran actuación hasta que los permitieron sus calambres. Foto: Real Zaragoza

El último choque del Real Zaragoza ante el Burgos, intrascendente sobre el terreno de juego y con un 0-0 casi cantado, volvió a dejar caras y cruces. La nota más positiva fue la de Marcos Luna en su primera titularidad, cumpliendo hasta que unos calambres se lo permitieron. Y quizá la más negativa, además de la evidente falta de gol, fue Pape Gueye. El míster, Fran Escribá, es posible que lo hubiese sacado en un partido así jugando fuera de casa, pero el runrún de La Romareda le llevó a aguantar.

Marcos Luna completó un gran duelo en un escenario complicado, tras dos derrotas consecutivas y adelantando a Gámez y Larra. Y ahí, Escribá sí quedó contento. A poco más de un mes de cumplir 20 años, el lateral canterano del Real Zaragoza cumplió. Tapó bien atrás, evitó centros peligrosos y aprobó su primera titularidad con el Real Zaragoza. El míster quedó “contento” en esta actuación primeriza desde el comienzo y, tras lo sucedido en el césped, su continuidad sería lógica.

Los calambres, posiblemente fruto de la tensión, dieron una nueva oportunidad a Fran Gámez y hasta ahí su cometido, pero el balance fue bueno. "Defensivamente ha cerrado muy bien, que era una de las cosas que habían pasado los últimos partidos y cerró segundas acciones. No se prodigó tanto en ataque, pero le dije que lo primero es lo primero”, valoró el entrenador. Si Bermejo le dejaba sitio podía lanzarse al ataque, como hizo alguna vez, y aunque no fue determinante, cumplió. Que no es poco.

Junto a él, un Pau Sans que vuelve a vestirse de corto en el Real Zaragoza partiendo desde el banquillo. Estuvo ahí en los balones con más peligro, aunque sin llegar a acertar de cara a portería. Cuestión de confianza, previsiblemente, para un canterano con el que hay que ser paciente. Sans se va amoldando al fútbol profesional con el Real Zaragoza.

GUEYE, CONDICIONADO

No solo el míster, todo el zaragocismo ve “obvio” que el Real Zaragoza no tiene gol. El único atacante que quedaba en el banquillo era Gueye y el míster no apostó por él, sino por un agotado Simeone hasta el punto de no agotar los cambios. Cuestionado por el motivo; si era por mérito de los que competían o por no ser mejorable por el banquillo, respondió afirmando que se trataba de “un poco por las dos”.

Aquí entró en escena la sorprendente respuesta sobre Makhtar Gueye. “Si hubiera estado fuera de casa a lo mejor saco a Pape, lo digo con sinceridad. Pero como mi experiencia última aquí no es buena en cuanto a que lo que genera es más runrún que no beneficia al equipo ni a nada, preferí aguantar”, declaró. Fue consciente de que Simeone estaba “muy cansado”, y aunque le apetecía cambiar, cree que “no convenía ese cambio”. Eso sí, no le cerró la puerta para entrar más adelante.

En cualquier caso, el problema del Real Zaragoza con el gol es serio y debe solventarlo este fin de semana. Ante el Lugo, el cuadro blanquillo se la juega, porque no puede volver a dar vida a un conjunto hundido, como sucedió en Málaga. La buena noticia es que los de Fran Escribá han sacado un punto más al puesto 18 y va a tierras gallegas sin el agua tan al cuello.