Los cambios de Escribá surten el efecto deseado

Francés ante el Leganés
photo_camera Dos goles llegaron de las novedades del míster y se mantuvo la portería a cero. Foto: Real Zaragoza

Por fin, el Real Zaragoza ganó en casa. Y lo hizo con cambios llamativos en el 11 que, esta vez sí, surtieron el efecto deseado. Es cierto que el primero que marcó fue un habitual de la primera vuelta, Simeone, y quizá el que más probó fue otro fijo, Bebé. Pero no serían los únicos protagonistas. Vada, novedad del míster, haría el 2-0; mientras que en su vuelta, Puche sentenciaría el partido con un gol de lo más inteligente. Además, Francés contribuyó a la victoria ante el Leganés logrando esa portería a cero vital. Acertó Escribá y supo leer el tipo de partido que plantearía el Leganés.

Los acercamientos más peligrosos del cuadro pepinero fueron a base de disparos lejanos o de alguna individualidad concreta. No sufrió en exceso el Real Zaragoza, que sabía aguantar el resultado y jugar con y sin balón. Uno de los motivos fue Francés, que supo reemplazar a la perfección a un Jair que se caía de la titularidad de forma más que sorprendente. Especialmente, teniendo en cuenta que se encontraba recién renovado.

Vada fue la segunda introducción del técnico zaragocista y, esta vez, el argentino ofreció al equipo algo diferencial: gol. Lo hizo en el rechace de su penalti fallado, sí, pero bien pudo hacer el segundo minutos antes, cuando acompañó a Simeone en una gran jugada individual donde solo falló el pase. Se volvió a ver a un argentino incisivo, con ganas de ser protagonista, de ofrecer una versión acorde al mediapunta que necesita el Real Zaragoza.

Escribá también tuvo el ojo fino con Miguel Puche. Iba a él el pase que terminó en el penalti que supuso el 2-0, pero también fue un killer en el tercero. El atacante zaragocista supo leer la jugada ya cuando Bebé se la dio a Nieto, y entendiéndose a la perfección con el lateral, vio dónde tenía que ir la pelota. En el corazón del área apareció Puche para poner la sentencia, el 3-0 que brindaría tres puntos de oro para un Real Zaragoza de lo más necesitado.

El 3-0 fue clave para encarrilar una temporada que se estaba poniendo muy cuesta arriba. El Real Zaragoza supo vencer un partido trampa, contra un Leganés que llegaba después de varias jornadas sin ganar y con cierta necesidad. Ahí estuvo el ojo y la lupa meticulosa de Fran Escribá, que fue vital para llevarse tres puntos de oro.