Custodiar la puerta del Carmen y hacerse con las llaves del Alcoraz no es tarea fácil para Cristian Álvarez y Andrés Fernández. Ambos son un sostén para el Real Zaragoza y para la Sociedad Deportiva Huesca, y lideran al equipo mientras cumplen su tarea: mantener a raya a la defensa rival. 91 partidos para el del cuadro oscense y 212 para el maño adoptivo reflejan la veteranía y la importancia de dos de los mejores arqueros de la categoría. Como curiosidad, ambos han sido entrenados por Fran Escribá.
El currículum de Andrés es impactante. Prácticamente toda una vida en Primera División y disputando competición europea hasta en 17 ocasiones. Curiosamente, su carrera se empezó a gestar en serio en la Sociedad Deportiva Huesca, en la temporada 2010/11, erigiéndose zamora de la competición y llamando a la puerta de Primera. Fue entonces cuando volvió a Osasuna, su casa, donde se hizo titular indiscutible y uno de los pilares del conjunto pamplonica.
Descendieron los navarros y emprendió su aventura al Oporto, disputando su único partido de Champions, y de ahí una temporada al Granada para recalar en el Villarreal de Fran Escribá. Cuatro temporadas en el submarino amarillo antes de recalar en el Huesca. Vivió el descenso a Segunda y esta es su tercera campaña en el Alto Aragón. Reflejos, jerarquía, solvencia por arriba y nervios de acero definen a la perfección a Andrés Fernández.
CRISTIAN, MAÑO DE ADOPCIÓN
En la otra punta del campo se encontrará, salvo hecho extraordinario, Cristian Álvarez. Qué decir de un rosarino que se ha vuelto maño de adopción tras seis años custodiando la meta del Real Zaragoza como nadie. Desde que llegó, el encaje fue perfecto en la capital aragonesa, y a pesar de los altibajos del equipo, siempre ha sido determinante. Brillaba cuando el equipo peleaba por ascender directamente y brillaba de la misma manera (o más) cuando el objetivo era la permanencia.
Cristian pasó seis años en la máxima categoría del fútbol profesional. Cinco de ellos en el Espanyol y uno más en el Rayo Vallecano. Quizá alguno aún recuerda el penalti que paró a Luis García en La Romareda cuando corría el minuto 87. Y entonces, aquel 18 de septiembre de 2011, quién iba a saber que un enemigo se convertiría en el mejor aliado del Real Zaragoza. Si los reflejos y los nervios de Andrés son impecables, lo mismo sucede con Cristian. Su visión de dónde va a terminar la pelota al nivel de los mejores arqueros y un sentimiento zaragocista de maño de toda la vida hacen de Cristian el mejor portero que se puede tener.
EL PARTIDO EN EL ALCORAZ
Andrés y Cristian. 36 y 37 años, respectivamente, y una carrera para ensalzar en ambos casos. Andrés por haber disputado partidos europeos del más alto nivel, y Cristian por mantener con vida al Real Zaragoza. Mérito tiene también el hecho de encontrarse en el mejor estado de forma posible a estas alturas de su carrera. Los dos arqueros, pilares del Huesca y del Real Zaragoza, están llamados a verse las caras este domingo.
El Huesca se alza como uno de los mejores equipos en casa desde que arrancó la temporada, y el Real Zaragoza acumula tres partidos sin perder y con portería a cero. La mezcla puede hacer del duelo aragonés que se disputa este domingo en El Alcoraz un partido de lo más atractivo en la pelea por la tranquilidad. Y ahí, como siempre, están llamados Cristian y Andrés a hacer de las suyas. Quién mejor que ellos para, con su veteranía y solvencia, poner la pausa a un partido de muy altas pulsaciones.
