Cinco partidos para el Real Zaragoza con más en juego que el honor

Cinco partidos y quince puntos por disputarse en un Real Zaragoza donde está en juego el honor, el respeto y un dinero clave
Fran Gámez celebra un gol en La Romareda
photo_camera El Real Zaragoza tiene varias cuestiones en juego estos partidos. Foto: LaLiga

Cinco partidos y quince puntos por disputarse en un Real Zaragoza donde está en juego el honor y el respeto al club, pero también un dinero clave de cara a la próxima temporada. El cuadro blanquillo tiene por decidir la posición en la que quedará al final de este año, y es algo que puede variar considerablemente. Actualmente hay siete equipos en un partido, entre los 46 y los 49 puntos, ocupando los puestos entre el 10 y el 16. Son el Oviedo, Mirandés, Tenerife, Huesca, Villarreal B y Leganés, además de los aragoneses. Acabar algo más altos también supondría terminar en paz con la afición.

Por si fuera poco el nombre del Real Zaragoza, que no lo es en absoluto, la posición en la tabla condiciona el límite salarial y el presupuesto de la nueva temporada. Es decir, el cuadro blanquillo debe ir a ganar todos los partidos para dar el primer empujón a la nueva temporada. En cualquier caso, es una obligación aunque no hubiese cuestión económica, porque hay que cerrar de forma digna una temporada mediocre. Y más teniendo en cuenta que, en esta ocasión, el límite salarial rondaba los 10 millones.

Sin embargo, hay una nueva motivación. Entre quedar el 10 y el 16 hay un montante que, hasta ahora, era determinantes para la contratación de jugadores de cara a la nueva temporada. En este momento sigue siendo clave, pero también lo sería una inyección económica del grupo inversor.

Sobre ello, el presidente, Jorge Mas, siempre ha insistido en que no van a faltar recursos para devolver al Real Zaragoza a Primera División. Es decir, que se iba a apostar por un proyecto deportivo de nivel. Ahora es el momento de demostrarlo, porque en manos de la propiedad está dejar bien posicionado al club para el nuevo año.

Tampoco hay que despreciar la relación con la afición. En una tesitura similar, pero sin haber logrado nueve partidos consecutivos sin perder, la hinchada zaragocista estaría trinando. Sin embargo, este último empuje ha logrado maquillar una temporada mediocre del cuadro maño, y el zaragocismo demuestra su implicación. Sin ir más lejos que a Eibar este viernes, fue visible la comunión entre equipo y afición a pesar de haber cosechado un empate en superioridad numérica.

Cierra así el Real Zaragoza un año donde lo único positivo va a ser dejarlo pasar para centrarse en el siguiente y esperar, por fin, que sea el del ascenso. La decepción suele dar paso rápidamente a la motivación en la nueva temporada, y esta vez no parece que vaya a ser menos. En la retina quedan las ilusionantes promesas de Jorge Mas, donde aseguraba que tendría todos los recursos necesarios la emocionante empresa.