Buen empate cosechado por el Real Zaragoza en su choque antes Las Palmas. El conjunto de Escribá se adelantó en el 57 con un gran gol de Bebé tras una buena contra. No obstante, los visitantes marcaron tras un polémico penalti y sellaron las tablas. El choque siguió con polémica hasta el final, pues Milla Alvéndiz decidió expulsar a Cristián Álvarez por perder tiempo y aplaudir irónicamente su decisión.
El partido arrancó con un Real Zaragoza buscando desde el comienzo a sus puntas, Azón y Giuliano, que querían darse la vuelta y progresar ante una defensa visitante que no cedía. Ipso facto, el conjunto amarillo despertó con un jugadón de Moleiro desde su propio campo para pasársela a Pejiño y poner un pase al punto de penalti que Viera no supo aprovechar. Las Palmas estaba dominando y en el minuto 4 volvió a perdonar otra ocasión. Esta vez Sandro, que la mandó arriba ante Cristián. Por si fuera poco, minutos después el propio Cristián tuvo que invenir con una buena mano ante Pejiño, que se había propuesto dar la noche a la zaga blanquilla.
El Zaragoza no se iba a quedar callado en su propio campo y respondió con una ocasión de Bebé. El jugador portugués perdonó con un disparo demasiado flojo y previsible en el que Vallés no tuvo ningún problema. Lo peor estaba por llegar y ocurrió en forma de lesión. Giuliano Simeone se hizo daño en la rodilla tras un choque con Coco. El delantero argentino se probó en el campo, pero en el 16 tuvo que abandonarlo para la desgracia zaragocista. Puche fue su sustituto y el encargado de asumir junto con Azón la zona más ofensiva.
Tras la sustitución, el choque transcurrió sin muchas ocasiones. El balón se encontraba en tierra de nadie y la posesión se alternaba sobre el verde de La Romareda. Fue en el 27 cuando Azón recibió en banda izquierda para dejarle una buena posición a Bermejo en el borde del área pequeña. El ‘10’ del Zaragoza disparó buscando al palo largo, pero el tiro se marchó fuera. Las Palmas replicó en forma de disparos lejanos que no supusieron un gran peligro para Cristián, que se mostró seguro durante todo el encuentro.
El perfil derecho del Real Zaragoza estaba siendo la principal amenaza blanquilla. Bermejo volvió a tener otra con un buen disparo colocado que despejó Vallés a corner. En el mismo, el equipo maño volvió a perdonar, con un cabezazo puesto por Puche al punto de penalti para un disparo de Jair que bloqueó la zaga amarilla.
El resto del partido continuó hasta el descanso sin grandes ocasiones. Milla Alvéndiz pitó el descanso y ambos conjuntos se marcharon al túnel de vestuarios tras una primera parte llena de ocasiones, pero que ninguno consiguió materializar.
LA SEGUNDA PARTE
El segundo periodo arrancó con Las Palmas intentando mantener el balón ante un Real Zaragoza que esperaba su ocasión para salir rápido a la contra. El choque transcurrió con el balón en tierra de nadie y con una defensa zaragocista bien plantada que no iba a dejar ser traspasada con facilidad. Fue en el 52 cuando un disparo de Pejiño desde la frontal inmutó a un Cristian que atrapó el balón en dos tiempos. A partir de aquí, el Real Zaragoza despertó y tuvo una ocasión que bien pudo haber sido gol. Francho logró poner desde la derecha un centre raso que Azón no llegó a tocar por muy poco y que hizo mascar el gol en La Romareda.
El conjunto de Escribá estaba mejorando, pero todavía faltaba el premio de gol. El luminoso marcaba el 57 cuando una rápida transición por la derecha de Gámez dejó a Bebé solo ante Lemos. El extremo portugués aprovechó el resbalón del central de Las Palmas y batió por la izquierda a Vallés, que poco pudo hacer ante el disparo blanquillo. La locura de desató en La Romareda, que veía con sus ojos como se podía vencer a uno de los mejores equipos de Segunda División.
El Real Zaragoza tenía el partido donde quería, jugando al contragolpe ante Las Palmas, que subía sus lineas para presionar la salida de balón local. Un tiro lejano de Pejiño fue el único peligro generado por el conjunto de García Pimienta que estaba asimilando el golpe anímico. El Zaragoza gozaba de contras y sentía mucho más liberad tras el gol. No obstante, ninguna conseguía el tan ansiado gol de la tranquilidad.
Llegaba el minuto 72 y Escribá movía el banquillo. Se retiraba un fatigado Iván Azón para que entrara Pape Gueye. García Pimienta también aprovechó para meter a Loren y Kirian por Clemente y Pejiño y así renovar la zona ofensiva. Minutos después concretamente en el 78, Las Palmas realizó una jugada por la derecha con Marvin que presionó a un Fran Gámez que tuvo la mala suerte de chocar su brazo contra el balón y hacer penalti. El árbitro lo consultó en el VAR, pero lo tenía claro. A su juicio era pena máxima. Viera lanzó desde los once metros y con un tiró cruzado batió a Cristian para lograr la igualada. La Romareda se enmudeció ante un rival que había tenido sus ocasiones, pero que había conseguido el empate en la jugada menos esperada.
Tras el penalti el partido se volvió más bronco. Las entradas rasas dominaban el medio cambio y Escribá realizó un triple cambio: Zapater entró por Grau, Vada por Bermejo y Fuentes por Nieto. El minuto 90 llegó y entre las faltas y los distintos parones, se añadieron 7 minutos en La Romareda. Fue en el minuto 94 cuando Cristián Álvarez, que estaba arañando segundo al cronómetro, recibió una tarjeta amarilla. El guardameta aplaudió la decisión del árbitro y Milla Alvéndiz no se pensó ni un segundo mandarlo a la calle en una polémica arbitral que no gustó nada a La Romareda. El Zaragoza se quedaba sin portero a falta de dos minutos. Fuentes fue el encargado de ponerse los guantes y Las Palmas lo intentó con centres y disparos lejanos buscando sorprender a la defensa blanquilla.
No hubo tiempo para nada más y el choque se saldó con un reparto de puntos. Ambos conjuntos lo intentaron, pero la solidez de la defensa blanquilla fue suficiente para sellar las tablas y ganar un punto que da confianza a la plantilla.
