"No sé ni quién fue, creo que fue Nayim": la Recopa del Real Zaragoza cumple 28 años

El zaragocismo hace todos los 10 de mayo un paréntesis para rememorar lo que fue y lo que quiere volver a ser: rey de Europa
Seaman no llega al zambombazo de Nayim
photo_camera La Recopa sigue cumpliendo años y ya son 28 primaveras

El zaragocismo hace todos los 10 de mayo un paréntesis para rememorar lo que un día fue y lo que quiere volver a ser: rey de Europa. Y aprovecha para felicitarse por la mayor gesta de la historia del Real Zaragoza, la Recopa. 28 años después, la afición blanquilla desplazada recuerda como si fuese ayer ese golazo en el Parque de los Príncipes. Y aquellos que no pudieron citarse en París, la retransmisión televisiva y radiofónica. El “no sé ni quién fue, creo que fue Nayim”, lo conocen también todos los jóvenes que no llegaron a vivir la heroica.

Mohamed Alí Amar, Nayim, anotó ese gol que coronó al Real Zaragoza por segunda vez en su historia como campeón de Europa. Fueron cayendo los más grandes equipos del momento a los pies de Víctor Fernández y su séquito de futbolistas. Eran unos jugadores de clase, de marca mayor, que eliminaron a escuadras como el Chelsea o el Feyenoord antes de batir al Arsenal en la final. La garra de Esnáider, la clase de Santiago Aragón, la visión de Nayim, la seguridad de Xavi Aguado…. En fin, de equipo rey de Europa.

En el último instante, en el último suspiro de la final de la Recopa batía la hinchada zaragocismo a los hooligans ingleses desde la grada. Y entonces llegó la obra de arte. Linighan cabeceó y el cuero cayó en las botas de Nayim, que vio a Seaman adelantado. Su corazón le dijo “pégale” antes del zambombazo que pasaría por encima del arquero inglés. Recuerdos y gestas que no se borran de las cabezas que vivieron en directo ese duelo.

“No llegó Poyet… Linighan… el balón para Nayim… y Nayim lo que ha intentado es batir a Seaman…”. En el mundo del fútbol, toda España era el Real Zaragoza y el Real Zaragoza era toda la España futbolística. Las televisiones y las radios del país tenían sintonizado el choque frente al Arsenal. Allí se encontraban viendo ese disparo que coronó al Real Zaragoza como rey de Europa en el fútbol.

EL ONCE MÁS CLÁSICO DEL ZARAGOCISMO

Si hay un once que sale de carrerilla en el Real Zaragoza, con respeto a Los Cinco Magníficos, el de ese día en París. Cedrún; Belsué, Aguado, Cáceres, Solana; Aragón, Nayim, Poyet; Pardeza, Higuera y Esnáider. Entrenador, Víctor Fernández. París era de color blanquillo con tonos azulados, los del equipo zaragozano, con 20.000 desplazados que disfrutaron como enanos. Y probablemente, ninguno de ellos soñaba con ver el espectáculo que presenció.

El Real Zaragoza, que vaga en Segunda División sin conseguir esa vuelta a la máxima categoría, sigue siendo un equipo con un prestigio superior a la inmensa mayoría de equipos españoles. Y seguirá siendo así por mucho que en sus vitrinas tengan un número superior de títulos. Porque el prestigio, eso que no se mide en números, lo llevará siempre el conjunto maño. Ese que le sigue coronando como grande de Europa, título logrado por apenas un puñado de escuadras en el mundo.