Zapater, en su presentación a su regreso en 2016
"Zapater, te quiero" es el grito con el que regresaba al club en 2016

Zapater, te quiero. Ese grito que sale del alma zaragocista, veraz como ninguno, deberá entonarse con más fuerza que nunca en el partido ante el Tenerife. Por última vez sobre el terreno de juego con el eterno capitán del Real Zaragoza vestido de blanquillo, la hinchada zaragocista tiene que demostrar a Zapater el amor por una insignia. Por la leyenda que él es. Por el escudo del que, le pese a quien le pese, es parte Alberto Zapater.

En las buenas, pero sobre todo en las malas, ha sido él uno de los que ha dado la cara por el Real Zaragoza. Zapater profesó el amor por estos colores desde niño, y poco a poco fue creciendo. Desde que entró en la Ciudad Deportiva, con su familia como protagonista principal de estas historias, quemó etapas a toda velocidad. Rápidamente mostró sus formas de futbolista excepcional con la consecución de la Supercopa.

Tras un doloroso descenso, decidió no dejar atrás el barco, pero las circunstancias obligaron después. Su marcha tras ascender a Primera División, entre lágrimas por decir adiós al equipo de su vida, mostró lo que significa su Real Zaragoza. La hinchada blanquilla y Zapater expresaron el mismo sentimiento: el llanto por dejar atrás el club. Su club. Porque ambas partes buscaron siempre lo mejor para esa entidad, prestigiosa como ninguna. Y en ese momento, estaba en juego la viabilidad. De esas lágrimas fue partícipe un zaragocismo que vio cómo se marchaba una parte insustituible del equipo.

Una presentación masiva dio la calurosa bienvenida a su regreso seis años después; siete atrás de este mayo de 2023. Con el “Zapater, te quiero” como hilo conductor de estos tiempos zaragocistas, el eterno capitán ha estado siempre presente cuando se le ha necesitado. Partiendo en los últimos años con un rol teóricamente secundario, el de Ejea de los Caballeros ha terminado casi siempre siendo una pieza clave. Este último ha sido un ejemplo más de ello. Y así, se pone fin a una etapa zaragocista con la aspiración de llegar a los 423 duelos de blanquillo.

UNA PLANTILLA DIFERENTE

El entrenador, Fran Escribá, quiere una plantilla distinta, “no tan amplia como este año”. Se avecina revolución, y no contar con Zapater es una señal de ello. Quiso seguir, pero no pudo, porque la reestructuración implicaba salidas. “Pensamos que era una posición donde queríamos reforzarnos”, ha asegurado el técnico en sala de prensa. Eso sí, se ha mostrado convencido de que su futuro estará ligado al Real Zaragoza, por ser una persona que ha contribuido todo lo posible y más y por su “comportamiento excepcional”.

Su gran carrera en los terrenos de juego, es tan grande que no necesita “regalos” de Escribá para jugar. Es un merecimiento. Aun así, la decisión no se tomó antes de atar la permanencia, no muchas jornadas atrás. No fue “fácil”, pero querían otro tipo de mediocentros, donde Zapater no tenía cabida. De forma sorprendente, no fue él quien tomó la decisión de seguir o dar un paso a un lado, que era la filosofía implantada en el club hasta hace no muchos meses.

ZAPATER, TE QUIERO

Una vez más, el zaragocismo necesita entonar el “Zapater, te quiero”. Y Zapater necesita escucharlo en estos momentos. Ese grito, veraz como ninguno en la afición, tiene que cantarse el próximo fin de semana con más fuerza que nunca. Porque ha sido el elemento común de todas las etapas del capitán zaragocista, desde su salida hasta su regreso; y también en su actual hasta luego. El adiós nunca será definitivo mientras el cuadro blanquillo siga vivo porque, sencillamente, Zapater forma parte del escudo del Real Zaragoza.

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