Semana de despedidas en el Real Zaragoza marcada por la marcha del gran capitán: Alberto Zapater. Después de 421 partidos con la elástica blanquilla, que se espera que sean 422 (ya se le privó del 423), dice adiós al equipo de sus amores. Sus compañeros le han mostrado un inmenso cariño, y quien mejor lo ha verbalizado ha sido Francho Serrano. “Ojalá pudiera estar con Zapater toda mi vida en el vestuario”, ha afirmado el joven zaragocista. La rueda de prensa ha tenido lugar en la visita a Saphir, patrocinador principal del club.
En su vida como zaragocista, Francho ha querido ser como Zapa y sigue fijándose en él. “He soñado desde pequeño ser él. En la figura del zaragocismo veía a Zapater. Siempre me he identificado con él”, ha asegurado. Por tanto, será “un día triste”, pero “también feliz porque se le intentará reconocer de la mejor manera posible todo lo que ha dado al zaragocismo, que es muchísimo”. Tanto que “nunca” se le podrá agradecer todo lo que ha dado, aunque intentarán hacer “de la mejor manera posible”. Todo empezará con un triunfo.
Zapater es la figura del profesionalismo, del zaragocismo; ha enseñado a los jovenes y siempre ha estado pendiente de ayudarles y aconsejarles. Que fuese él mismo era el consejo que le daba, porque eso era lo que le había llevado a al primer equipo del Real Zaragoza. El camino para tener una carrera tan larga como la del eterno capitán lo ha dejado ni más ni menos que con su ejemplo.
Francho encontró en Zapater el capitán perfecto. “Ojalá pudiera estar con Zapater toda mi vida en el vestuario por lo que aporta al club, a mí y a los compañeros. Se ha tomado esa decisión, se habrá consensuado, supongo que se habrá tomado la mejor decisión, no me puedo meter ahí”, ha asegurado sobre él como persona. Se le echará de menos a todos los niveles, pero especialmente en el vestuario.
CAPITANÍA E ILUSIÓN
Después de tres temporadas, el zaragozano puede tomar el relevo del de Ejea, aunque asume que es “una plaza difícil”. “Intentaré hacerlo con la máxima ilusión”, ha asegurado sobre esta posibilidad, aunque se centra en “despedir al gran capitán como se merece”. Este año, el comienzo de Francho en el Real Zaragoza no fue fácil, pero llegó un punto en el que “todo cambió”. Dio “un paso al frente en el campo”, se comenzó a sentir “más importante” y el apoyo de sus compañeros fue clave para recuperar su mejor versión.
El año que viene, el del ascenso obligado, Francho quiere ser importante. Hay mucha ilusión, pero está claro que “va a ser complicado” y se ve todos los años. En los equipos de arriba hay altibajos, y aunque la idea es ascender, habrá que comenzar sacando los máximos puntos desde el principio. Con el sueño de portar el brazalete que deja Zapater, el joven zaragocista es consciente de que debe ser la de la vuelta a Primera División.
