El último rugido de Alberto Zapater

Zapater celebrando un gol con el Real Zaragoza. Fotografía: LaLiga.
photo_camera Zapater celebrando un gol con el Real Zaragoza. Fotografía: LaLiga.

Coraje y corazón. Dos características que representan al zaragocismo y que ha plasmado a la perfección Alberto Zapater. El capitán vive sus últimos días como jugador blanquillo, un sueño que hizo realidad. El próximo viernes, se despedirá del club de su vida, de la afición y de La Romareda tras 422 partidos con el escudo del león, contando el del Tenerife. Dice adiós un zaragocista de cuna, que ha vivido los mejores y peores momentos, pero siempre demostrando su amor y cariño por el Real Zaragoza.

El Parque Central o el antiguo estadio de Luchán vieron los primeros toques al balón de un niño que soñaba a lo grande. Zapater siempre tuvo claro su objetivo y luchó cada día para conseguirlo. Y así comenzó su camino en el equipo de su localidad, la S.D. Ejea, donde empezó a sentirse futbolista. Se marcharía a la capital aragonesa en 1997 para ingresar en las categorías inferiores del conjunto maño, en concreto, en el Infantil B. Para él, vestir la elástica blanquilla ya era un sueño hecho realidad, aunque no sabía que eso solo acababa de empezar.

Poco a poco, fue cogiendo galones y se desarrolló como futbolista demostrando sus cualidades para ser un gran profesional. Tras realizar una buena temporada con el División de Honor Juvenil del Real Zaragoza, fue nombrado mejor jugador de Aragón en su categoría, en la que anotó doce goles. El primer equipo estaba pendiente de sus pasos. Víctor Muñoz, entrenador de aquel entonces, fue quien le dio la oportunidad que tanto ansiaba desde pequeño.

29 de agosto de 2004. Estadio de La Romareda. Ida de la Supercopa de España frente al Valencia. Alberto no olvidará nunca esa fecha. Debut y victoria. Con tan solo 19 años, se ganó la confianza y se hizo un hueco en el equipo de los Milito, Villa, Cani o Galletti. En el encuentro de vuelta, el Real Zaragoza, con el ejeano de titular, se alzaba con el título en Mestalla. Dos meses después de su estreno, anotó su primer tanto oficial en la Copa del Rey frente al Nàstic de Tarragona. La historia de Zapater empezó a escribirse y vivió una de las mejores épocas contemporáneas del club de sus amores.

En el curso 2005/2006, tuvo más protagonismo y mostró su progresión. Por primera vez, portó el brazalete de capitán en un encuentro de la Federación de Peñas, en el lugar donde le vieron crecer, Ejea de los Caballeros. Esa temporada, los maños consiguieron llegar a la final de la Copa del Rey después de eliminar al Barça y al Atlético de Madrid, y vencer en la mediática semifinal del 6-1 frente al Real Madrid. Alberto, de nuevo titular en una final, no pudo lograr su segundo título.

“EL REAL ZARAGOZA SERÁ LO QUE QUIERA SU GENTE”

Los próximos años no fueron muy buenos para el Real Zaragoza. Con un Alberto Zapater ejerciendo con todo de capitán, se inició una etapa difícil para el zaragocismo. Su día más triste llegó en mayo del 2008. Sin poder evitar las lagrimas, los blanquillos certificaban su descenso a Segunda División tras caer derrotados frente al Mallorca. La pena duraría poco, ya que en la siguiente campaña se volvió a conseguir el ascenso con una Romareda volcada y gritando a su ídolo: “Zapater, te quiero”.

La afición tenía un referente, pero el destino fue caprichoso y el capitán tuvo que abandonar la entidad blanquilla. Muy emocionado, confesó que no era un adiós, sino un hasta luego. Además, citó su famosa frase que quedará para el recuerdo y dejó huella para siempre en los zaragozanos: “El Real Zaragoza será lo que quiera su gente”. Otra vez, con lágrimas en los ojos, Zapater abandonaba el equipo de su vida rumbo a Italia.

En 2009, debutó en la Serie A con el Genoa, donde logró marcar tres goles aquella temporada. En el siguiente año, ficharía por el Sporting de Portugal, que también fue importante y pudo debutar en la Champions League. De nuevo tendría que hacer las maletas, esta vez para marcharse más lejos, hasta Moscú. Ahí pasaría su experiencia extranjera más larga. Su primer curso realizó un buen trabajo, pero no participó apenas en los siguientes años debido, sobre todo, a las lesiones. Abandonó el FC Lokomotiv en el verano de 2015 y se quedaría libre hasta el regreso a su ciudad natal.

LA VUELTA DEL LEÓN

Siete años después, Alberto Zapater regresaba a Zaragoza tras pasar momentos deportivos complicados. Con la ilusión del primer día, el 21 salió al césped de La Romareda en su presentación con más de 5.000 personas coreando su nombre. A pesar de la situación tan delicada que estaba viviendo el club maño, el ejeano intentó revertir la situación y luchar por devolverle donde merecía. En 2018, el Real Zaragoza se quedó a las puertas de luchar por el ascenso, y el centrocampista anotó un gol en la semifinal del playoff frente al Numancia. Finalmente, el destino volvería a ser cruel para el zaragocismo y permanecería una temporada más en Segunda División.

En esta última etapa de más sombras que luces, el camino de Zapater y del conjunto blanquillo, ha atravesado etapas difíciles, donde se ha peleado más por no descender que por intentar volver a Primera División. Después de 26 años, el capitán se despide del equipo que le ha brindado más felicidad que tristeza, a pesar del sufrimiento y de los malos momentos, por el mero hecho de haber cumplido el sueño de su vida: jugar en el Real Zaragoza.