El Real Zaragoza ya tiene prisa por comenzar a ejecutar las salidas más complicadas y tiene que haber novedades pronto. El equipo maño lo necesita para cuadrar las llegadas que ya han realizado, porque hay mucho límite salarial comprometido en jugadores que no cuentan para la nueva campaña. Sabin Merino, Eugeni Valderrama, Luis Carbonell, Manu Molina o James Igbekeme suman cantidades elevadas de límite y deben dejar hueco cuanto antes.
En el caso de varios futbolistas, el problema está en la forma en que se puede resolver. Pagar la cláusula de rescisión a cada uno de ellos es inviable, y más teniendo en cuenta que, de ellos, únicamente Eugeni, James y Manu Molina terminan contrato el próximo año. También lo hace, por ejemplo, Baselga, que sí tiene una marcha más sencilla tras haber firmado una notable campaña pasada. Su destino se desconoce, pero sería posible la ampliación de su contrato.
Los dos hombres con mayor dificultad para su marcha son Sabin Merino y Luis Carbonell. Con contratos todavía de larga duración, el cuadro zaragocista necesita que su salida esta campaña deje los menores perjuicios posibles. En el caso de Carbonell, al principio del mercado, el Teruel mostró interés en su regreso, como confirmó la directiva del club a este medio, pero no se ha llegado a buen puerto. Tampoco se descarta desde hace días la rescisión del delantero, con ficha en torno a los 100.000 euros.
A 12 de julio, el Real Zaragoza no ha conseguido dar salida a la mayoría de jugadores que no quiere y trabaja en ello. Las rescisiones de los jugadores que acaban contrato la próxima temporada son factibles mediante acuerdo, pero no lo son aquellas que implican una larga vinculación. Juan Carlos Cordero es consciente de que aún falta un mes para el comienzo de la competición. Ahora bien, para el comienzo de los amistosos, para los que queda apenas una semana, debería haber tomado velocidad este capítulo.