Derrota del Real Zaragoza en el último compromiso de la pretemporada. En esta ocasión frente al Nástic de Tarragona, rival que se impuso por 1-0 sin hacer excesivos méritos tampoco para ello, pero sí los suficientes. El cuadro maño dejaba a su espina dorsal en casa, dando pocos minutos a los teóricos titulares, algo que terminó por notarse en el resultado final.
Escribá no arriesgaba ni un ápice con el estreno liguero a una semana, llenando el once de canteranos. Se estrenaba en portería Poussin; Gámez, Francés, Lluís y Juan Sebastián formaban en la zaga; Grau y Vaquero se repartían las funciones de doble pivote, con Cortés y Liso en las bandas; en punta, Iván Azón y el regreso tras lesión de Pau Sans. En la convocatoria ya no figuraba Puche, cerrando su traspaso al Arouca de la máxima categoría portuguesa. A todo esto, Azón con el brazalete por primera vez, y regreso al 4-4-2 tradicional.
Fue precisamente el nueve zaragocista el protagonista de la primera clara. Era el minuto 5 cuando Cortés le ponía un caramelo con la zurda, pero el ariete no impactaba bien el cabezazo y perdonaba ponerse por delante. La polémica, a pesar del amistoso, llegaba poco después. Nuevo balón medido de Cortés al corazón del área en pelota parada, cesión con el pecho de Azón al segundo palo y Pau Sans la colaba en las redes. Eso sí, el linier se inventaba un fuera de juego totalmente inexistente y no se movería el luminoso.
Y la siguiente fue para los catalanes. Pablo Fernández le ganaba la tostada a Lluís López, quizás con falta previa, mandando su derechazo al larguero en un disparo ante el que poco podría haber hecho Poussin. Los locales crecían en el choque, igualando fuerzas tras la superioridad zaragocista inicial. Probaba también desde fuera Mario a Poussin, bien colocado en el centro para evitar sustos.
Le costaba encontrar espacios al Real Zaragoza para dejar tanto a Pau Sans como a Azón en posición franca. Eso sí, lo entendía muy bien el primero cada vez que recibía, superando a su par simplemente con controles rápidos orientados. Aunque el Nástic fue el que golpeó primero. Se confió Cortés en posiciones defensivas, permitiendo a Joan Oriol llegar con franqueza para ceder atrás a Pablo Fernández, que fusilaba sin oposición a Poussin.
En plena pájara zaragocista, el Nástic anduvo cerca de hacer el segundo. Centro desde la derecha, Jardí cabeceaba con Gámez demasiado lejos de la marca y, eso sí, le daba para taponar con el pecho para desviar a córner. Pudo empatar el Real Zaragoza con Cortés, quién si no, poniendo un centro medido desde la esquina. Encontraría a Pau Sans en área pequeña pero forzado por un defensor, prácticamente colgado de su espalda, mandaría el remate demasiado alto. Y con el 1-0, a los vestuarios.
SEGUNDA PARTE
Enrich por Pau Sans y Rebollo en detrimento de Poussin, cambio al descanso. De primeras, mal pase de Grau, contra de los locales y Mario que probaba al guardameta, despejando con tino para salvar el segundo. Aunque también avisarían los de Escribá. Buena triangulación que finalizaba Azón con un centrochut, dirección portería, que Parra despejaría con ciertos problemas. También probaría poco después Vaquero, creciéndose los chavales en busca de la igualada.
Llegaba el minuto 60 y por tanto el momento de repartir cargas. Maikel Mesa, Toni Moya y sí, el redebut de Víctor Mollejo, siendo los damnificados Azón, Francés (Vaquero pasando a central) y Liso. La entrada de gente de calidad se notó, incrementándose el dominio de un Real Zaragoza que no quería marcharse de Tarragona con su tercera derrota consecutiva en pretemporada. Sobre todo se empezaba ver más a Gámez estirarse, poniendo centros que no encontraban eso sí rematador por milímetros.
Aguado, Nieto y Cuenca tendrían oportunidad en el último cuarto de hora. A todo esto, Cuenca pasaría a banda derecha y Mollejo arriba. También en el costado diestro llegó a tiempo, veloz, Juan Sebastián para molestar lo justo y evitar el segundo, tapando la carencia a la espalda de un Lluís López desdibujado y desconocido durante los 90 minutos.
La más clara la tendría Cuenca en el 80, después de una gran asistencia de Sergi Enrich. Definió mal, muy desviado. Apretaban los avispas en la recta final, con la manija de Aguado dándole al equipo la profundidad necesaria. Aunque el que perdonaría sería Mollejo, rematando con todo a favor, demasiado centrado, en una jugada perfecta de Luna.
Al final, derrota del Real Zaragoza en un campo ya tradicional de la pretemporada. Finalizaba así, con 1-0 en contra, el periodo de prueba antes de que arranque el fuego real, el importante. Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, con cosas que pulir.