Tras el pasado choque preparativo ante el Nástic de Tarragona en el Nou Estadi (1-0), el Real Zaragoza cierra su pretemporada con cuatro triunfos, ante el Aragón (3-0), Teruel (1-2), Real Murcia (0-1) y Cartagena (1-2), y tres derrotas ante el propio conjunto catalán, el Stade Reims (1-2) y el Millonarios colombiano (1-2). Unos resultados que hacen justicia parcialmente al papel desarrollado por los pupilos de Fran Escribá, que han jugado un buen fútbol durante estos encuentros veraniegos, a pesar del marcador final, para llegar en la mejor dinámica posible al inicio liguero, ante el Villarreal B, este sábado a partir de las 19.00 horas en La Romareda.
Por un lado, el club del león ha transmitido muy buenas sensaciones durante este más de un mes de preparación. Lo que más ha llamado la atención son las múltiples ocasiones generadas en cada partido, que han dejado ver que el potencial ofensivo de la plantilla se ha incrementado. Asimismo, el medio del campo ha sabido dar esa continuidad necesaria al juego, durmiéndolo en momentos necesarios para luego proponer rápidos arranques en ataque para unos Azón y Bakis que han sumado hasta tres goles en esta pretemporada, siendo el máximo artillero el centrocampista Maikel Mesa con otros tres tantos.
Por otro, el Real Zaragoza ha encajado siete goles en sus siete choques veraniegos. Una media de un tanto por partido, que el club debe mejorar defensivamente hablando. Más solidez y menos desconexiones puntuales serán necesarias para la Liga, donde ningún equipo regala nada. La concesión de tantos debe disminuir, pues solamente ante el Deportivo Aragón y frente al Real Murcia, rivales de Segunda y Primera RFEF, el equipo blanquillo ha logrado dejar su portería a cero.
No obstante, el conjunto de Fran Escribá ha demostrado que tampoco es un problema encajar, siempre que tú también marques. De hecho, el Real Zaragoza solamente se ha ido sin marcar, al menos un tanto, ante el Nástic, en este último encuentro preparatorio, por lo que está más que asegurada la pólvora arriba. De todas formas y como se suele decir, lo que menos importan de estos primeros encuentros son el resultado y lo que más las sensaciones. Llevando esto a raja tabla, la pretemporada del Real Zaragoza ha cumplido su objetivo con creces, dotando de identidad al equipo y posicionándolo antes del inicio liguero como uno de los «cocos» de la categoría, por el momento.
UNOS SE RECUPERAN, OTROS SE LESIONAN
Si algo ha alegrado a los zaragocistas durante esta pretemporada, ha sido la vuelta de Mollejo y la recuperación de Bermejo tras su lesión en mayo de la anterior campaña. Escribá necesita jugadores de banda y el retorno a los entrenamientos de Bermejo, a falta de algún extremo por llegar, ha desatado la sonrisa entre los zaragocistas, que ven como el mejor jugador de los últimos compases ligueros hasta su lesión, vuelve a calzarse las botas, con paciencia eso sí, para afrontar otro año con el escudo del león.
La cara B de la pretemporada ha llegado en forma de lesiones, como en el caso de Francés o Lecoueche, y molestias como han sido las de Bakis, que no jugó ante el Real Murcia por precaución, y Sergi Enrich, que ha arrastrado distintos problemas físicos durante el verano. No obstante, nada grave que debiera afectar al comienzo de Liga, escenario perfecto para plasmar todas las sinergias, ilusiones blanquillas y buenas sensaciones de la plantilla.
Igualmente, si hay que destacar a dos de los jugadores que mejor se han adaptado al equipo, al sistema y han mostrado su calidad con creces son Maikel Mesa y Marc Aguado. El primero ha caído de pie en el Real Zaragoza, destacando por su potencia física con la que puede ser un «box to box» durante los 90 minutos y su gol, siendo el máximo goleador del equipo, sin ser delantero. Aguado, por otro lado, ha dejado patente que su paso por el Andorra le ha venido de perlas, manejando el juego de principio a fin, llevando el tempo del partido y mostrándose muy sólido tanto a la hora de cortar juego como de proponerlo, todo lo que se le puede pedir a un pivote.
Con todo ello, al Real Zaragoza de Fran Escribá solamente le queda poner todo lo aprendido en marcha, ante el Villarreal B. Los más de 26.000 socios inundarán una Romareda que quiere volver a vivir citas grandes. La hinchada sabe que este podría ser el año con el que se lleva soñando por más de diez temporadas, siendo esta la undécima en Segunda División.