El Real Zaragoza afrontaba un encuentro complicado este sábado. No solamente por el respeto que imponía el Racing de Santander, sino porque hasta tres bajas mermaban al conjunto de Fran Escribá: Francho Serrano, Carlos Nieto y Quentin Lecoeuche obligaban al técnico blanquillo a improvisar en defensa para finalmente optar por Luna en el lateral derecho y Gámez en el izquierdo. El choque fue cualquier cosa menos sencillo e incluso por momentos, el Real Zaragoza se mostró inferior sobre el césped de La Romareda al Racing. La realidad es que este punto ayuda a seguir sumando a los blanquillos, que siguen líderes a la espera de lo que haga el Espanyol, el domingo, ante el Eldense, pero deja una sensación agridulce y un punto que sabe a muy poco. Igualmente, los de Fran Escribá solamente se han dejado, por el momento, dos puntos de los 18 posibles, demostrando que este año el equipo tiene potencial.
noticias relacionadas
De todas formas, este sábado no fue el día. El Real Zaragoza se estaba acostumbrando a ganar en cada campo por el que pasaba, ya fuera mereciéndolo o no, pero siempre con los tres puntos bajo el brazo. Los pupilos de Escribá siempre encontraban la manera, el resquicio, la oportunidad, el hueco o directamente un gol que les impulsara hacia el triunfo. Ante el Racing no fue así. Pese a ello, el equipo del león mostró un saber competir que, en otras temporadas y con otra plantilla, habría costado la derrota.
Y es que, en muchos tramos del encuentro, el Real Zaragoza estuvo por debajo en cuanto a juego y ocasiones, ante un Racing crecido. No obstante, los maños supieron aguantar los arreones santanderinos para no dejar traspasar su meta más que en una ocasión. Especialmente en la segunda parte, cuando el Real Zaragoza estuvo escaso de pólvora en ataque y las ocasiones llegaban con cuentagotas. En cambio, el Racing de Santander entendió mejor el choque, lo que tenía que hacer y a punto estuvo de privar del punto del empate a los locales.
Ahora, con la mente en frío, el Real Zaragoza debe reflexionar el por qué de este empate. También entender que esa suerte de la que gozaban los de Escriba, hasta ahora, hay que buscarla y que nada en el fútbol llega por sí solo. La suerte hay que trabajarla y situaciones como esta o más complicadas llegarán en una competición en la que restan todavía 36 jornadas regulares. Lo bueno es que el equipo nunca dejó de competir y La Romareda más allá de echarse para atrás, animó a los suyos con toda su potencia para crear un ambiente propicio para un posible gol maño de la victoria, que nunca llegó.
Este partido no es más que la confirmación del fin de una racha, que tarde o temprano, tenía que acabar. Lo realmente vital ahora es ver cómo los jugadores reciben este golpe, se arman de valor y acuden a Ferrol con la necesidad imperiosa de sacar los tres puntos para seguir líderes de Segunda División. El Espanyol está al acecho y solamente tres puntos, es decir, una victoria separan a ambos conjuntos. Este domingo, los catalanes jugarán ante el Eldense (18.30 horas), que dejó una muy buena imagen en La Romareda. De vencer, dependiendo de la diferencia de goles a favor y en contra, siendo la del Real Zaragoza de ocho tantos y la del Espanyol de siete, el Espanyol podría superar a los de Escribá temporalmente y hacerse con la primera posición, aunque con los mismos puntos.
LA VISIÓN DE ESCRIBÁ
Una vez acabado el choque, Fran Escribá matizó que en su opinión «la lectura no puede ser negativa. Queríamos ganar, pero el partido fue muy disputado y estuvimos desacertados en la primera parte». Asimismo, el técnico constató que «habíamos hablado de no meter balones por dentro y menos cuando ellos habían metido un tercer centrocampista ahí. Nos empeñamos en meter balones en esa zona y tuvimos muchas pérdidas». En relación a esto, el entrenador añadió que «lógicamente perdimos algo de profundidad sobre todo por banda izquierda y nos hizo que la primera parte fuera muy incómoda«. No obstante, el técnico fue realista y puntualizó que el choque era realmente «muy difícil, complicado e igualado» y que nunca perdió la mentalidad ganadora, ya que «los cambios siempre fueron con idea ofensiva y al menos no pierdes y sumas».
Por otro lado, Escribá también admitió que el haber perdido tan repentinamente a sus dos laterales izquierdos y tener que reajustar a Gámez a esa parcela restó al equipo ofensivamente. «Luna no había disputado hasta ahora partidos, aunque ha estado bien y nos ha dado profundidad. Fran es un jugador que todos sabemos que es muy profundo, pero en la izquierda perdía recorrido», explicó Escribá, que realmente sí que sintió «que nos condicionó porque hasta el momento Gámez y Nieto nos estaban dando muchísimo, especialmente en ataque. Tenemos que mejorar con lo que tenemos para que no nos condicione tanto».
Antes de concluir, el técnico destacó que «este empate no debe influirnos», porque al final «no es un escenario que no nos esperábamos. Los equipos están muy igualados entre sí y a veces se te pueden ir o en el caso de hoy te empatan. No nos tiene que bajar la dinámica que tenemos», finalizó Escribá.