No se puede sostener esta racha del Real Zaragoza. Porque sumar siete puntos de los últimos 30 disputados es demasiado poco para un cuadro teóricamente llamado a estar entre los mejores de la categoría. El Elche fue mejor que el conjunto aragonés en la práctica totalidad del encuentro, y solo al final apretaron un poco los blanquillos. La reacción es absolutamente inmediata, porque este sí era un partido clave y los maños no supieron afrontarlo.
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Desde ese empate frente al Racing de Santander, todo han sido problemas para el Real Zaragoza. El único partido saldado con victoria fue ante el Andorra, cuadro que se quedó rápidamente con uno menos y que aún puso en apuros. Ante los cántabros comenzó una caída que no parecía tal, pero que empezó a atisbar el Racing de Ferrol en la primera derrota de la temporada. Y ahí, un punto de seis que no hacía presagiar lo que vendría después.
Intervino el Mirandés y, con una victoria consumada en los instantes finales, confirmó las malas sensaciones: un punto de nueve y esperanza en revertirlo. Una esperanza que alcanzó su punto álgido unos días después, tras ganar al Andorra, pero que esfumó el Alcorcón en La Romareda. Cuatro puntos de 15 posibles había logrado el Real Zaragoza una vez finalizó el partido en el Municipal zaragozano. Y las sensaciones cada vez eran peores.
Cinco de 18 tras el choque en Gijón con Poussin como triste protagonista y esos mismos cinco de 21 al finalizar la visita del Eibar a La Romareda. Se elevaría a seis con el empate de El Plantío, y después a siete en las tablas ante el Real Oviedo. Ahí se empezó a hacer famoso el siete de 27, y apunta a ser mucho más el siete de 30 con el que se salda el duelo en el Martínez Valero. El Real Zaragoza debe cambiar de forma urgente sus resultados, porque empiezan a alejarse las posiciones de privilegio y hay una necesidad imperiosa.
Urge la reacción en el Real Zaragoza. La racha es insostenible para un cuadro aragonés llamado a colocarse en las posiciones altas, pero que no está dando con la tecla. Hay motivos para creer que puede darse un giro de 180 grados en todos los ámbitos, pero debe confirmarse de forma inmediata. El equipo no puede permitirse continuar su caída ni un día más.