Corriendo por una gran causa

Preparados… listos… ¡YA! Comienza la carrera solidaria de Entreculturas a beneficio de las niñas de países en desarrollo. Se cumplen ocho años ya de esta tradición para los más deportistas que corren o pasean por el Parque Grande José Antonio Labordeta a la vez que colaboran en el envío de ayuda a las poblaciones más desfavorecidas de América Latina y África.

La cita es el domingo 3 de febrero y existen varias modalidades de participación. Para los más pequeños, hay carreras de 100, 250 y 300 metros; a partir de nueve años, se puede correr un kilómetro y a partir de doce, cinco. Y para los que no quieran correr, existe la posibilidad de pasear tranquilamente durante tres kilómetros: “Es una andada ideal para hacer en grupo, con familia o con amigos y amigas”, concreta la técnica de desarrollo territorial de Entreculturas, María Pérez.

La aportación para cada nivel es de diez euros para la carrera de cinco kilómetros, seis euros para la andada y cuatro euros para las carreras de los niños. Una suma de pequeños gestos que supondrán una gran diferencia para más de 12.000 menores que se beneficiarán de estas ayudas a través del programa “La luz de las niñas”.

#Correxunacausa

Como cada año, Entreculturas destinará los fondos que se consigan en el evento a un proyecto que pretende mejorar la situación social de poblaciones vulnerables en países de todo el mundo. El año pasado, por ejemplo, se logró recaudar 50.000 euros entre corredores, empresas y otros colaboradores. El fin era una campaña sobre “Escuelas en peligro de extinción” que ponía en relieve el incremento de la pobreza en algunos países que son ricos en recursos naturales, cuando estos son explotados por países desarrollados. “Ahí podíamos ver que el empobrecimiento no solo afectaba al desplazamiento de millones de personas, sino que los niños y menores veían afectado su derecho a la educación”, puntualiza Pérez.

Este año se corre por el proyecto “La luz de las niñas” que beneficiará a más de 12.000 menores en África y América Latina

Las condiciones se agravan todavía más en el caso de mujeres y niñas. El espectro de actuación es amplio y abarca todas aquellas situaciones donde la dignidad y humanidad de las niñas se ve menoscabada por violación sistemática de sus derechos, véase, prostitución infantil, trabajos forzados, mutilación genital, violencia sexual, víctimas de trata, matrimonios precoces, etc. Pérez asegura que existe una “sombra de violencia que amenaza a 240 millones de niñas en el planeta y nuestra responsabilidad como ciudadanos del mundo es protegerlas”.

Objetivo compartido con la campaña por la que se corre este año: “La luz de las niñas”. Se trata de un proyecto que se lleva desarrollando desde 2012 en doce países: Chad, Sudán del Sur, República Centroafricana, Camerún, República Democrática del Congo, Nicaragua, Haití, Guatemala, El Salvador, Perú, Honduras y Bolivia. “La educación puede transformar sus vidas”, comenta Pérez, “y queremos poner el foco en eso. Porque las situaciones de violencia que sufren, aparte de afectar a su salud y su bienestar, constituyen un obstáculo enorme para su libre ejercicio del derecho a la educación”.

¿Cómo se va a materializar esa ayuda? Trabajando en diversas líneas que confluyen en la creación de entornos de aprendizaje saludables. “Por un lado, es importante ofrecer rehabilitación psicológica a las niñas víctimas de violencia. Se trata de mejorar su autoestima y realizar actividades de formación e integración”, analiza en detalle. Una vez hecho esto, se promueve la seguridad en las aulas, las relaciones equitativas y el trabajo en equipo. “Y no nos podemos olvidar tampoco de la salud sexual y reproductiva que debemos hacer extensible a toda la comunidad educativa”.

Para poder llevar a cabo estas proposiciones, cuentan con la cooperación de socios locales en los lugares de destino. Aunque trabajan con muchos diferentes, sus principales aliados son la Federación Internacional de Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS).

Ayuda de emergencia

En el caso de tener que ofrecer ayuda de emergencia en campos de refugiados, donde las condiciones, en ocasiones, son extremas, el funcionamiento de la ONGD es el siguiente: hay que proveer de bienes y servicios básicos tanto a niños como a adultos. Es decir, asegurar el alimento, el agua, la habitabilidad y las condiciones sanitarias. Pero además, “se ha de garantizar el apoyo psicosocial y el acceso a la educación de los niños y niñas que se encuentran en situación de movilidad o tránsito”.

La ONG quiere poner el foco en que la educación puede transformar las vidas de las niñas que sufren violencia

En los países de América del Sur, Centro América y el Caribe, se trabaja por constituir a la educación en bien público “procurando que no pierda peso en las agendas de los políticos”. En África, la clave es proporcionar acceso a la misma ya que existen territorios que sufren severas crisis crónicas. “Nosotros siempre decimos que la educación llegue donde no lo hace el asfalto”, manifiesta Pérez.

Algunos proyectos

Quizá uno de los proyectos más llamativos sea el desarrollado en 2017 para extender la educación digital por Guatemala y Colombia. Casi 9.000 personas, entre alumnos y docentes, aprendieron a utilizar las herramientas tecnológicas en un entorno de innovación en la enseñanza. Posteriormente, el Líbano firmó también el convenio; así, 125 alumnos más tuvieron acceso a las TIC. Estos últimos eran refugiados sirios de entre 6 y 17 años.

“Existen unos desafíos globales de pobreza, desigualdad y degradación ambiental que solo pueden ser encarados por una ciudadanía formada y competente”. Es lo que ellos llaman “ciudadanía global”. “Por este concepto entendemos que las situaciones de injusticia que pasan en cualquier parte del mundo también tienen que ver con nosotros y nosotras y que tenemos la responsabilidad de comprometernos para cambiarlas”, declara.

La carrera

La iniciativa de la carrera solidaria surge del voluntariado de Madrid. Como explica Pérez, “queríamos aglutinar bajo una misma actividad los distintos agentes con los que trabajamos: empresas, medios de comunicación, docentes y ciudadanía en general. Este evento nos permitía llegar a colectivos a los que no llegamos de otra manera y profundizar en la labor de sensibilización”.

El año pasado participaron en Zaragoza unos 1.600 corredores, 15.000 en toda España

Zaragoza es la primera parada, pero la carrera-andada organizada por esta ONGD, promovida por la Compañía de Jesús, pasará por otros lugares hasta el mes de abril:10 de febrero en Madrid; 16 de febrero en León; 17 de febrero en Málaga; 24 de febrero en Logroño; 24 de febrero en Valladolid; 16 de marzo en Córdoba; 17 de marzo en Santander; 24 de marzo en Úbeda y en Sevilla; 31 de marzo en Cádiz, y 28 de abril en Barcelona.

El año pasado hubo en Zaragoza cerca de 1.600 participantes, 15.000 en toda España. Este año, la organización espera repetir, y si es posible, superar el éxito de la convocatoria de 2018.